La nueva película de Ari Aster, ‘Eddington’, ha causado revuelo en el Festival de Cannes, donde fue presentada a competición. Aster, conocido por sus obras previas como ‘Hereditary’ y ‘Midsommar’, se adentra en un territorio menos aterrador pero igualmente intrigante. Aunque ‘Eddington’ no busca asustar al espectador de la misma manera que sus trabajos anteriores, sí ofrece una crítica mordaz y satírica sobre la sociedad contemporánea, especialmente en el contexto de la pandemia de COVID-19.
### Un microcosmos de la sociedad estadounidense
La trama de ‘Eddington’ se desarrolla en un pequeño pueblo de Nuevo México que, a primera vista, parece ser un reflejo de la diversidad y complejidad de Estados Unidos. A través de la rivalidad entre el sheriff, interpretado por Joaquin Phoenix, y el alcalde, encarnado por Pedro Pascal, se exploran las tensiones políticas y sociales exacerbadas por la crisis sanitaria. Este enfrentamiento no solo se basa en sus diferentes enfoques sobre cómo manejar la pandemia, sino que también revela profundas divisiones que han existido mucho antes de que el virus hiciera su aparición.
A medida que avanza la película, Aster utiliza el humor negro para abordar temas serios. La primera mitad de ‘Eddington’ se convierte en un festín de ironías, donde se ridiculizan las absurdidades que surgieron durante la pandemia: desde la obsesión por las mascarillas hasta las teorías de conspiración que proliferaron en las redes sociales. Aster no escatima en detalles y, a través de situaciones cómicas, logra que el público reflexione sobre la locura colectiva que se apoderó de la sociedad en esos tiempos inciertos.
El director también se toma el tiempo para presentar a personajes secundarios que, aunque interesantes, eventualmente quedan en un segundo plano. Emma Stone, Austin Butler y otros actores aportan sus talentos a la narrativa, pero es Phoenix quien realmente brilla. Su interpretación de un personaje que, a pesar de ser un perdedor, se convierte en un símbolo de la locura y la polarización que caracteriza a la sociedad actual, es uno de los puntos más destacados de la película.
### La exploración de la identidad y la fe
Por otro lado, ‘Eddington’ no es la única película que ha captado la atención en Cannes. ‘La Petite Dernière’, dirigida por Hafsia Herzi, también se presentó en el festival y ofrece una perspectiva completamente diferente. La historia sigue a una joven musulmana que, a pesar de su devoción religiosa, comienza a explorar su sexualidad en un entorno que a menudo se siente restrictivo. Esta película se adentra en el conflicto entre la fe y los deseos personales, ofreciendo un retrato matizado de la cultura lesbiana en París.
Herzi logra capturar la complejidad de la vida de su protagonista sin caer en la trampa de los clichés o el didactismo. A través de su narrativa, se plantea la pregunta de cómo reconciliar la identidad personal con las expectativas sociales y religiosas. Aunque la película aborda temas difíciles, lo hace con una sutileza que permite al espectador reflexionar sobre la lucha interna de la protagonista sin sentirse abrumado por el mensaje.
Ambas películas, aunque diferentes en su enfoque, comparten un hilo conductor: la exploración de la identidad en tiempos de crisis. Mientras ‘Eddington’ utiliza la sátira para criticar la locura de la pandemia y sus efectos en la sociedad, ‘La Petite Dernière’ se centra en la búsqueda personal de la protagonista en un mundo que a menudo parece estar en conflicto con sus deseos.
### Un festival de contrastes
El Festival de Cannes, conocido por su diversidad y su capacidad para presentar obras que desafían las normas, se convierte en el escenario perfecto para estas narrativas. La combinación de la sátira social de Aster y la exploración íntima de Herzi resuena con un público que busca tanto entretenimiento como reflexión. En un momento en que el cine se enfrenta a desafíos sin precedentes, estas películas ofrecen una mirada fresca y provocativa sobre la condición humana.
La presentación de ‘Eddington’ y ‘La Petite Dernière’ en Cannes no solo destaca el talento de sus respectivos directores, sino que también subraya la importancia de contar historias que aborden temas relevantes y contemporáneos. A medida que el mundo continúa lidiando con las secuelas de la pandemia, estas películas ofrecen una oportunidad para reflexionar sobre lo que hemos vivido y lo que nos espera en el futuro. En última instancia, tanto Aster como Herzi logran capturar la esencia de una época marcada por la incertidumbre, la búsqueda de identidad y la necesidad de conexión humana.