La empresa Damm, conocida por su producción de cerveza, está dando pasos significativos hacia la sostenibilidad en su proceso de fabricación. Con el objetivo de descarbonizar sus operaciones, la compañía ha implementado un modelo energético que se basa en la economía circular y la eficiencia energética, utilizando fuentes de energía renovable como la fotovoltaica y el biogás. Este enfoque no solo busca reducir su huella de carbono, sino también optimizar el uso de recursos en sus fábricas.
Uno de los aspectos más destacados de esta iniciativa es el tratamiento de aguas residuales a través de un proceso biológico. En este proceso, Damm utiliza bacterias para depurar las aguas residuales generadas en sus instalaciones, convirtiendo la materia orgánica en biogás. Este biogás, rico en metano, se utiliza para generar calor y energía, lo que permite a la empresa reducir su dependencia de combustibles fósiles. Actualmente, Damm produce más del 7% del calor que consume en sus fábricas de cerveza en la península, lo que representa un avance significativo hacia la autosuficiencia energética.
La implementación de estas tecnologías ha permitido a Damm evitar la emisión de 5.000 toneladas de CO₂ al año, lo que equivale a retirar de circulación casi 4.000 coches durante un año. Este impacto positivo en el medio ambiente es un claro ejemplo de cómo las empresas pueden adoptar prácticas más sostenibles sin comprometer su eficiencia operativa.
### Innovaciones en la Planta de Espinardo
En su planta de Espinardo, ubicada en Murcia, Damm está desarrollando un proyecto innovador que incluye la instalación de una planta de ‘upgrading’. Este sistema tiene como objetivo transformar el biogás generado en sus procesos en biometano de alta calidad. El proceso de upgrading implica purificar el biogás mediante tecnologías avanzadas que eliminan impurezas, como el dióxido de carbono y otros componentes no deseados, aumentando así la concentración de metano hasta niveles comparables al gas natural convencional.
Este tipo de instalaciones son raras en España, ya que actualmente solo existen siete en todo el país, y ninguna de ellas está ubicada en una fábrica en activo. Esto convierte al proyecto de Damm en una iniciativa pionera en la industria, que no solo busca mejorar la eficiencia energética, sino también contribuir a la reducción de emisiones. Se estima que esta planta permitirá a Damm evitar la emisión de 1.200 toneladas de CO₂ al año, lo que equivale a las emisiones generadas por 1.000 trayectos de ida y vuelta en avión entre Madrid y Nueva York.
### Un Modelo Energético Sostenible
El modelo energético sostenible que Damm ha consolidado en sus centros de producción se basa en la valorización de recursos propios y en la economía circular. Bajo la dirección de su presidente ejecutivo, Demetrio Carceller Arce, la compañía está llevando a cabo una transformación estructural de sus procesos productivos con el fin de minimizar su impacto ambiental y avanzar hacia una industria más eficiente y respetuosa con el entorno.
En la fábrica de El Prat de Llobregat, Damm ha implementado un sistema de trigeneración que utiliza el biogás para producir calor, frío y electricidad. Este sistema no solo aprovecha el calor internamente en la planta, sino que también permite verter el excedente de electricidad a la red, contribuyendo así al mix eléctrico renovable en la península ibérica. De manera similar, en la fábrica de El Puig, en Valencia, el biogás se utiliza para la producción de calor y electricidad, consolidando una estrategia de eficiencia energética que refuerza el compromiso de Damm con un modelo de producción más sostenible.
Además, Damm también está impulsando la producción de energía renovable en su planta de Salem, en Valencia, y en Santarém, Portugal. En estas instalaciones, se han instalado sistemas que permiten transformar el biogás en electricidad, lo que les permite autoabastecer sus depuradoras, aprovechando la energía generada durante el proceso de depuración.
La apuesta de Damm por la sostenibilidad y la innovación no solo beneficia al medio ambiente, sino que también posiciona a la empresa como un referente en la industria cervecera. A medida que más empresas buscan adoptar prácticas sostenibles, el modelo de Damm podría servir como un ejemplo a seguir, demostrando que es posible combinar la rentabilidad económica con la responsabilidad ambiental.