La reciente boda de Borja Barrera García-Orea y Fede Arias Picazo ha capturado la atención de muchos, no solo por la magnitud del evento, sino también por la emotividad y el cuidado en cada detalle. Celebrada el 14 de junio en la finca familiar ‘Los Pinillos’, este enlace reunió a cerca de 300 invitados, entre los que se encontraban personalidades del mundo de la televisión, la política y el empresariado español. La finca, construida en 1940, es un lugar significativo para la familia de Fede, lo que añade un toque especial a la celebración.
### Preparativos y Recepción de los Invitados
La organización de esta boda no fue tarea fácil; más de un año y medio de preparativos dieron como resultado un evento que se destacó por su atención al detalle. Desde el viernes anterior a la ceremonia, los novios comenzaron a recibir a sus invitados con un «kit manchego de bienvenida», que incluía el famoso dulce Miguelito de La Roda, una delicia típica de la región. La fiesta de preboda se llevó a cabo en ‘La Bodega de Serapio’, donde los asistentes disfrutaron de vino y queso manchego, creando un ambiente cálido y acogedor.
La finca, rodeada de extensas hectáreas de trigo amarillo, proporcionó un escenario idílico para las fotos, a pesar de las altas temperaturas. La decoración, que incluía pai pais en los colores de la celebración, ayudó a que los invitados se sintieran cómodos y bienvenidos. La ceremonia tuvo lugar entre los pinares que fueron plantados por el abuelo de Fede, creando un ambiente natural y emotivo.
### La Ceremonia y el Banquete
La ceremonia fue un momento de gran emotividad, con la maestra de ceremonias, Isabel María Palencia, guiando a los novios y a sus 22 testigos a través de este significativo paso. La música de la banda de Pascual Lara y la participación de niños vestidos con trajes regionales añadieron un toque tradicional y festivo al evento. La entrada de los novios, acompañados de sus madres, fue un momento conmovedor que dejó a muchos con lágrimas en los ojos.
Los trajes de los novios, diseñados por Agatha Ruiz de la Prada, fueron un reflejo de su personalidad y estilo. Borja lució un traje de rosa magenta, mientras que Fede optó por un azul klein, ambos con un diseño que incluía un corazón gigante en relieve del color del traje opuesto. Sus mascotas, dos perritas vestidas de esmoquin, también jugaron un papel especial al llevar las alianzas, añadiendo un toque divertido y entrañable a la ceremonia.
El banquete fue un festín para los sentidos, con un menú que incluía ensalada de verduras mediterráneas con colitas de langostino y una exquisita pechuga de pularda al horno. El postre, una tarta árabe de obleas fritas con crema inglesa, fue la estrella de la noche. Más de 40 camareros se encargaron de servir a los invitados, quienes no dudaron en ovacionar el servicio.
### Fiesta y Celebración
Después de la cena, la celebración continuó con un ‘Bingo show’ y una fiesta inspirada en las tradiciones de los pueblos, donde la música, el baile y la diversión se prolongaron hasta el amanecer. La atmósfera festiva fue palpable, con un DJ que animó a todos los presentes, incluso a los más tímidos, a unirse a la pista de baile. La boda no solo fue un evento social, sino una auténtica celebración del amor y la amistad, donde los abrazos y las risas fueron protagonistas.
La boda de Borja y Fede no solo se destacó por su esplendor y elegancia, sino también por el amor y la alegría que compartieron con sus seres queridos. Este evento ha dejado una huella imborrable en la memoria de todos los asistentes, convirtiéndose en un referente de lo que puede ser una boda de ensueño en el corazón de La Mancha.