La esperada boda de Alberto Herrera y Blanca Llandres se llevó a cabo el 18 de octubre de 2025 en Sanlúcar de Barrameda, un evento que reunió a familiares y amigos en una celebración llena de emoción y elegancia. La ceremonia tuvo lugar en la Basílica Menor de Nuestra Señora de la Caridad, un templo emblemático que destaca por su belleza arquitectónica y su significado histórico. Aunque la iglesia de Santo Domingo fue considerada inicialmente, la pareja optó por este lugar por su impresionante estética y su relevancia para la comunidad local.
La novia, Blanca Llandres, deslumbró a todos con un vestido diseñado por Nicolás Montenegro, una pieza única que combinaba romanticismo y sofisticación. El vestido presentaba un escote cuadrado y un cuerpo drapeado, complementado con una impresionante cola que realzaba su figura. Además, el ramo de flores moradas y granates que llevó en su mano aportaba un toque moderno y fresco al conjunto, haciendo que su look nupcial fuera aún más especial.
Por su parte, el novio, Alberto Herrera, eligió un elegante traje de Tomás Laso-Argos, fiel a su estilo clásico. Alberto llegó a la basílica acompañado de su madre y madrina, Mariló Montero, quien lucía un vestido largo en un tono verde que acentuaba su elegancia. La emoción era palpable en el ambiente, especialmente en Mariló, quien no podía ocultar su alegría mientras esperaba la llegada de su hijo.
La llegada de los invitados fue un espectáculo en sí mismo, con personalidades del mundo de la comunicación y la cultura que se dieron cita para celebrar este importante día. Carlos Herrera, padre del novio y reconocido comunicador, fue uno de los que acaparó la atención al llegar con su esposa, Pepa Gea, quien optó por un favorecedor vestido rojo con detalles de plumas. La cercanía y amabilidad de Carlos se hicieron evidentes mientras saludaba a los asistentes y a los curiosos que se congregaban en las inmediaciones del templo.
La madre de la novia, Lourdes Parejo, también estuvo presente, luciendo un conjunto en dos piezas que consistía en una camisa blanca y una falda larga con estampado floral. A su llegada, compartió con los medios que su hija se encontraba «encantada» y un poco «nerviosa», sentimientos completamente normales para una novia en su gran día. La novia, que se encuentra en la dulce espera de su primer hijo, irradiaba felicidad y emoción durante toda la ceremonia, acompañada por su familia y amigos cercanos.
Entre los asistentes, se destacó la presencia de Lourdes Montes, prima de la novia, quien llegó con un vestido amarillo que la hacía lucir muy elegante. Además, el cantante José Manuel Soto y su esposa, Pilar Parejo, también estuvieron presentes, mostrando su cercanía con la familia de los novios. José Manuel, que se preparaba para interpretar una canción durante la ceremonia, añadió un toque íntimo y emotivo al evento.
Tras el intercambio de votos y el emotivo «sí, quiero», los recién casados y sus invitados se trasladaron a la Finca Marbella, propiedad de Teresa de la Cierva, donde se celebró el banquete y la fiesta posterior. Este lugar, conocido por su ambiente familiar y cuidado al detalle, se convirtió en el escenario perfecto para continuar la celebración de este hermoso enlace.
La boda de Alberto y Blanca no solo fue un evento social, sino también un momento significativo en la vida de ambos, marcado por la alegría de su inminente paternidad y el amor que comparten. La combinación de la belleza del entorno, la elegancia de los asistentes y la emotividad de la ceremonia hizo de este día un recuerdo imborrable para todos los presentes. La historia de amor de Alberto y Blanca, que comenzó con una pedida de mano muy especial, se ha consolidado en este hermoso capítulo de sus vidas, rodeados de sus seres queridos y con la promesa de un futuro juntos lleno de felicidad.