En Sant Adrià de Besòs, un pequeño municipio de la provincia de Barcelona, se vislumbra un futuro prometedor con la posible clausura de la incineradora de residuos de Tersa y las centrales eléctricas de ciclo combinado de Endesa y Naturgy. Este cambio no solo representa una mejora en la calidad del aire y la salud de sus habitantes, sino que también abre la puerta a un ambicioso proyecto de transformación urbanística que podría redefinir el paisaje de esta localidad costera.
La incineradora de Tersa y las plantas de ciclo combinado han sido parte del paisaje industrial de Sant Adrià durante décadas, ocupando una franja de casi 12 hectáreas entre el río Besòs y el puerto del Fòrum. Sin embargo, el Ayuntamiento de Sant Adrià, liderado por el teniente de alcalde José A. Gras, ha comenzado a trabajar en un plan que busca deshacerse de estas instalaciones contaminantes en un plazo de 15 a 20 años. «Estamos convencidos de que el futuro de Sant Adrià pasa por no tener la incineradora ni los ciclos combinados», afirma Gras, quien destaca la importancia de este cambio para la salud y el bienestar de la comunidad.
### Un Futuro Sostenible y Verde
La visión del Ayuntamiento incluye la liberación de 117.000 metros cuadrados de terreno que podrían ser utilizados para la construcción de viviendas, espacios verdes y nuevas infraestructuras. Gras menciona que la transformación urbanística podría ser similar a la que se ha llevado a cabo en otras áreas de Barcelona, como el proyecto de la antigua térmica de las Tres Xemeneies, que se ha convertido en un centro cultural y de entretenimiento.
El plan no solo se centra en la construcción de nuevos edificios, sino que también contempla la naturalización del tramo final del río Besòs, lo que contribuiría a mejorar la biodiversidad y la calidad del entorno. «Queremos que esta área se convierta en un espacio habitable y saludable, donde los ciudadanos puedan disfrutar de la naturaleza y de un ambiente limpio», añade Gras.
La posibilidad de cerrar la incineradora de Tersa y las centrales eléctricas se ve respaldada por la estrategia de la Generalitat de Cataluña, que busca reducir la dependencia de combustibles fósiles y aumentar el uso de energías renovables. Endesa, por su parte, ha confirmado que planea cerrar la central del Besòs en algún momento durante los próximos 25 años, lo que también implicaría el cierre de la planta de Naturgy, ya que ambas instalaciones comparten el mismo terreno.
### Desafíos y Oportunidades
A pesar de las expectativas positivas, el camino hacia la transformación de Sant Adrià no está exento de desafíos. La incineradora de Tersa sigue siendo una infraestructura clave para la gestión de residuos en la región, y su cierre requerirá una planificación cuidadosa para garantizar que se mantenga la capacidad de tratamiento de residuos. La Generalitat ha indicado que, aunque la incineradora seguirá operativa durante la próxima década, no se prevé un aumento en su capacidad, lo que podría facilitar el proceso de cierre en el futuro.
El teniente de alcalde Gras también señala que la comunidad ha estado reclamando desde hace casi dos años una planificación clara para la clausura de la incineradora y el traslado de sus operaciones fuera de Sant Adrià. «La respuesta de la Generalitat y el Área Metropolitana de Barcelona ha sido muy positiva. Entienden lo que pedimos y por qué es necesario», afirma.
Además, el entorno de Sant Adrià está experimentando cambios significativos. Nuevos desarrollos residenciales y comerciales están surgiendo en áreas cercanas a la incineradora, lo que refleja un cambio en la percepción de la localidad. La apertura de un hotel de lujo y la creación de un barrio con 1.783 pisos junto al hub audiovisual de las Tres Xemeneies son ejemplos de cómo Sant Adrià está buscando posicionarse como un lugar atractivo para vivir y trabajar.
La transición hacia un futuro más sostenible y habitable en Sant Adrià de Besòs es un proceso en marcha, impulsado por la voluntad de sus líderes y la comunidad. Con la posible clausura de la incineradora y las centrales eléctricas, la localidad tiene la oportunidad de reinventarse y convertirse en un modelo de urbanismo sostenible que prioriza la salud y el bienestar de sus habitantes. La visión de un nuevo barrio junto al mar, con espacios verdes y una infraestructura moderna, podría ser la clave para un futuro más brillante para Sant Adrià.