Un fuerte terremoto de magnitud 6,1 sacudió la región de Mármara, en el noroeste de Turquía, causando una tragedia que ha dejado al menos 52 heridos y una víctima mortal. El seísmo, que ocurrió el domingo por la noche, provocó el colapso de varios edificios en la ciudad de Balıkesir, donde un hombre de 81 años perdió la vida tras quedar atrapado entre los escombros. A pesar de ser rescatado con vida, falleció posteriormente en el hospital, según informaron las autoridades locales.
El impacto del terremoto se sintió en un amplio radio, afectando a grandes ciudades como Estambul, Esmirna, Bursa y Kocaeli, que se encuentran a más de 200 kilómetros del epicentro. La magnitud del sismo y sus consecuencias han llevado a las autoridades a activar protocolos de emergencia, y los equipos de rescate han trabajado incansablemente para buscar a posibles sobrevivientes entre los escombros. En total, se han reportado 16 edificios con daños significativos, de los cuales 12 estaban deshabitados.
El ministro del Interior, Ali Yerlikaya, informó que, además de la víctima fatal, dos personas lograron escapar por sus propios medios y otros cuatro fueron rescatados por los equipos de emergencia. Sin embargo, la situación ha sido complicada, ya que muchos de los heridos sufrieron lesiones al intentar huir del lugar, saltando desde ventanas y balcones. Hasta el momento, 11 de los heridos permanecen hospitalizados, y las autoridades han confirmado que ya no hay operaciones de búsqueda y rescate en los edificios colapsados.
El terremoto se produjo a las 19:53 hora local, con epicentro en Sindirgi, en la provincia de Balıkesir, a una profundidad de 11 kilómetros. La Autoridad de Gestión de Desastres y Emergencias de Turquía (AFAD) también reportó una réplica de magnitud 4,4 que ocurrió a las 04:55 del lunes, lo que ha generado aún más preocupación entre los residentes de la zona.
La respuesta del gobierno ha incluido el cierre de escuelas de verano en la región y la concesión de días libres a funcionarios públicos con discapacidades y mujeres embarazadas. Muchos habitantes de Balıkesir pasaron la noche al aire libre, temerosos de regresar a sus hogares debido a la inestabilidad de los edificios.
Este no es el primer desastre sísmico que afecta a la región de Mármara. En 1999, un devastador terremoto de magnitud 7,5 dejó un saldo trágico de 19,000 muertos y más de 50,000 heridos. La memoria de aquel evento sigue presente en la conciencia colectiva de los turcos, lo que ha llevado a un mayor enfoque en la preparación y respuesta ante desastres naturales.
La comunidad internacional ha expresado su solidaridad con Turquía en este momento difícil. Organizaciones humanitarias y gobiernos de diferentes países han ofrecido su ayuda para apoyar en las labores de rescate y asistencia a los afectados. La situación actual es un recordatorio de la vulnerabilidad de la región ante los desastres naturales y la importancia de contar con planes de emergencia efectivos.
La población de Balıkesir y otras áreas afectadas enfrenta ahora el desafío de reconstruir sus vidas tras este trágico evento. Las autoridades locales han comenzado a evaluar los daños y a planificar la recuperación, pero el camino hacia la normalidad será largo y complicado. La resiliencia de la comunidad será clave para superar esta crisis y reconstruir un futuro más seguro.
Mientras tanto, los expertos en sismos continúan monitoreando la actividad sísmica en la región, advirtiendo sobre la posibilidad de más réplicas. La población ha sido instada a mantenerse alerta y a seguir las recomendaciones de las autoridades para garantizar su seguridad en caso de nuevos temblores. La educación sobre cómo actuar durante un terremoto es fundamental para minimizar riesgos y salvar vidas en el futuro.
La tragedia del terremoto en Mármara es un recordatorio de la fuerza de la naturaleza y de la necesidad de estar preparados ante cualquier eventualidad. La solidaridad y el apoyo mutuo serán esenciales para ayudar a los afectados a recuperarse y reconstruir sus vidas tras este devastador evento.