La nave Starship de SpaceX ha logrado un hito significativo en su desarrollo al completar con éxito su décimo vuelo de prueba. Este acontecimiento, que tuvo lugar el pasado martes, representa un avance crucial para la compañía de Elon Musk, que tiene como objetivo llevar humanos a la Luna y Marte. Después de varios intentos fallidos, la Starship finalmente amerizó de manera controlada en el océano Índico, a solo tres metros del punto previsto, lo que ha generado un ambiente de celebración en la Starbase de Texas.
### Un Viaje Lleno de Desafíos
El camino hacia este vuelo exitoso no ha sido fácil. SpaceX ha enfrentado múltiples contratiempos en sus intentos anteriores. En particular, los vuelos de prueba número 7 y 8 resultaron en explosiones menos de diez minutos después del despegue, mientras que el vuelo número 9, aunque duró más tiempo, terminó en desintegración al reingresar a la atmósfera terrestre. Además, un accidente en junio, donde un vehículo destinado al vuelo 10 explotó en su puesto de pruebas, obligó a la compañía a realizar cambios significativos en la nave.
A pesar de estos desafíos, el décimo lanzamiento se llevó a cabo con gran expectación. Después de dos cancelaciones previas, una por fallo técnico y otra por condiciones meteorológicas adversas, los 33 motores Raptor del propulsor Super Heavy finalmente encendieron. Aunque uno de los motores falló durante el ascenso, la nave logró separarse de la etapa de propulsión sin mayores problemas. El booster cayó en el Golfo de México, completando un descenso controlado, aunque se esperaba que explotara tras aterrizar en el agua.
Durante la misión, la Starship demostró su capacidad al desplegar ocho simuladores de satélites Starlink a través de su compuerta lateral, un logro sin precedentes. Además, la nave reencendió uno de sus motores Raptor en pleno vuelo, una maniobra clave para futuras misiones orbitales que solo había tenido éxito una vez antes.
### Un Amerizaje Preciso y Sorprendente
El momento más crítico del vuelo llegó durante la reentrada. SpaceX había decidido retirar deliberadamente algunas placas del escudo térmico para someter a la nave a condiciones extremas. Esto resultó en daños visibles en los flaps y en el faldón trasero, así como una explosión interna que afectó a la zona de los motores. Sin embargo, a pesar de estos contratiempos, la Starship mantuvo su estabilidad y completó la maniobra de giro conocida como flip-and-burn, encendiendo sus motores para frenar su caída antes de amerizar en el océano Índico.
Lo más impresionante fue la precisión del amerizaje, que se realizó a solo tres metros del punto de aterrizaje previsto. Las imágenes del evento son impactantes, y una de las más curiosas proviene de un video grabado con una cámara atornillada a un terminal Starlink colocado en una piscina para niños, una solución improvisada que permitió capturar este momento histórico.
Un aspecto que ha generado especulación es el cambio de color que experimentó la nave durante el vuelo. Tras completar la reentrada, el fuselaje de Starship apareció teñido de un intenso color naranja, algo inusual en las superficies cerámicas del cohete. Aunque SpaceX no ha proporcionado una explicación oficial, se cree que este fenómeno podría estar relacionado con los experimentos realizados durante la prueba, como la quema de materiales o la oxidación de piezas metálicas sometidas a altas temperaturas.
El vuelo, que duró 66 minutos, ha sido calificado por SpaceX como el más completo y exitoso hasta la fecha. La compañía ha recopilado una gran cantidad de datos que serán fundamentales para perfeccionar el diseño de la nave y avanzar hacia su objetivo principal: convertir a Starship en el cohete reutilizable más potente del mundo. Elon Musk, entusiasta del logro, ha compartido su emoción en redes sociales, destacando que Starship se acerca a su propósito de servir como nave de aterrizaje en la misión Artemis III de la NASA, programada para 2027.
A medida que SpaceX continúa su camino hacia la exploración espacial, este décimo vuelo de Starship marca un antes y un después en la historia de la compañía. Con cada prueba, se están sentando las bases para futuras expediciones tripuladas a Marte y más allá, demostrando que el futuro de la exploración espacial se está escribiendo desde los pasillos de SpaceX.