Europa ha dado un paso significativo hacia el fortalecimiento de su capacidad de observación terrestre con el exitoso lanzamiento del Sentinel-1D, el último satélite de la constelación Copernicus. Este satélite, que despegó desde el Puerto Espacial Europeo de Kurú en la Guayana Francesa a bordo de un cohete Ariane 6, representa un avance crucial en la vigilancia del planeta y en la recopilación de datos sobre el cambio climático.
### Un Ojo en el Espacio para la Tierra
El Sentinel-1D se une a sus predecesores en la misión de proporcionar imágenes de alta resolución de la superficie terrestre, independientemente de las condiciones climáticas. Equipado con un radar de apertura sintética (SAR) de banda C, desarrollado por Airbus Defence and Space, este satélite puede obtener imágenes incluso a través de nubes y en la oscuridad. Esta capacidad es esencial para monitorizar fenómenos naturales como glaciares, bosques, erupciones volcánicas, deslizamientos de tierra y la contaminación marina.
Además, el Sentinel-1D incorpora un sistema de identificación automática (AIS) que mejora la detección y el seguimiento del tráfico marítimo mundial, lo que es fundamental para la seguridad en los océanos y la prevención de colisiones. Este sistema, junto con un mecanismo innovador que separa la antena radar del cuerpo principal al final de su vida útil, demuestra el compromiso del programa Copernicus con la sostenibilidad y la reducción de la basura espacial.
Los datos generados por el Sentinel-1D estarán disponibles de forma gratuita y abierta, lo que permitirá a científicos, instituciones, empresas y ciudadanos acceder a información vital para la vigilancia del cambio climático, la gestión de recursos naturales y la prevención de desastres naturales. Esta apertura de datos refuerza la misión de Copernicus de promover la transparencia y la colaboración en la investigación científica.
### La Contribución de la Industria Española
El desarrollo del Sentinel-1D es un ejemplo de colaboración europea, coordinada por la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Comisión Europea, con la participación de más de 70 empresas de diferentes países. La industria española ha jugado un papel fundamental en este proyecto, aportando tecnología crítica en varios subsistemas del satélite.
Seis empresas españolas han sido clave en el desarrollo del Sentinel-1D. Alter se encargó de la ingeniería y el suministro de componentes electrónicos, mientras que Arquimea desarrolló los sistemas de control térmico, cruciales para mantener la estabilidad del satélite. GMV, por su parte, diseñó y opera el centro de control de la misión, asegurando el seguimiento y la planificación durante toda la vida útil del satélite.
HV Sistemas proporcionó los bancos de prueba y equipos de simulación necesarios para verificar los instrumentos y subsistemas electrónicos, mientras que Sener fabricó el mecanismo de despliegue y bloqueo de la antena radar, esencial para el funcionamiento del satélite. Thales Alenia Space España, además de ser el contratista principal, aportó los transpondedores de telemetría y telecomando, así como el sistema de transmisión en banda X.
El sector espacial español ha mostrado un crecimiento notable, facturando casi 1.300 millones de euros en 2024, lo que representa un aumento del 14,9% respecto al año anterior. Con más del 80% de su producción destinada a la exportación, este sector no solo genera más de 22.700 empleos, sino que también destina cerca del 13% de su facturación a investigación y desarrollo, consolidándose como un motor tecnológico en Europa.
El lanzamiento del Sentinel-1D no solo marca un hito en la capacidad de observación de la Tierra, sino que también subraya la importancia de la colaboración internacional y el papel vital que juega la industria espacial en la lucha contra el cambio climático y la gestión sostenible de los recursos naturales. Con este nuevo satélite, Europa se posiciona como un líder en la vigilancia del planeta, asegurando que los datos necesarios para abordar los desafíos ambientales estén al alcance de todos.
