La música ha sido un pilar fundamental en la cultura contemporánea, y su evolución ha estado marcada por diversos movimientos y estilos que han dejado huella en la sociedad. En este contexto, el papel del periodismo musical se vuelve crucial, no solo para documentar estos cambios, sino también para ofrecer una crítica constructiva que ayude a entender el fenómeno musical en su totalidad. A través de las palabras de Diego A. Manrique, un referente en el periodismo musical español, se pueden extraer valiosas lecciones sobre la relación entre la música y su cobertura mediática.
### La Evolución de la Música en España
Desde los años 70, España ha sido testigo de un florecimiento musical que ha dado lugar a una diversidad de géneros y estilos. En este periodo, dos ciudades se destacaron como polos creativos: Barcelona y Sevilla. Sin embargo, Manrique, quien se trasladó a Madrid desde Burgos, encontró en la capital un ambiente más propicio para su desarrollo profesional. A pesar de que muchos de sus contemporáneos optaron por Barcelona, él percibió que Madrid ofrecía una integración más inmediata y un clima más favorable para la creatividad.
La llegada de sellos discográficos como Gong en 1975 marcó un punto de inflexión en la música española. Aunque no eran afines al rock madrileño, promovieron una conciencia musical que instaba a los artistas a expresarse en un idioma común y a buscar la originalidad. Bandas como Burning, que comenzaron a cantar en castellano, ejemplificaron esta búsqueda de autenticidad y conexión con el público. Este cambio no solo fue significativo a nivel musical, sino que también tuvo un impacto en la forma en que se percibía la música en los medios de comunicación.
La prensa musical de los años 60 y 70 en España enfrentaba serias limitaciones. La aparición de revistas como ‘Disco Expres’, ‘Vibraciones’ y ‘Star’ abrió nuevas posibilidades, pero Manrique sentía que la información musical carecía de profundidad. Su admiración por publicaciones anglosajonas como ‘Rolling Stone’ y ‘Creem’ lo llevó a desarrollar un estilo propio que buscaba llenar esos vacíos. En su opinión, el periodismo musical en España necesitaba un enfoque más crítico y menos complaciente, algo que él mismo intentó implementar en su trabajo.
### El Impacto del Rockismo y la Diversidad Musical
Uno de los conceptos que Manrique aborda con claridad es el del ‘rockismo’, una tendencia que considera al rock como la forma musical superior. Esta visión, según él, limitó la apreciación de otros géneros musicales que también poseen una rica historia y complejidad. A medida que exploró diferentes estilos, desde el reggae hasta la salsa, se dio cuenta de que muchas músicas tienen tanto o más valor que el rock. Esta evolución en su pensamiento refleja un cambio de paradigma en la forma de entender la música y su contexto cultural.
La llegada de géneros como la rumba y la salsa en los años 70 en Barcelona fue un catalizador para Manrique. Reconoció que estas músicas no solo eran igualmente válidas, sino que también ofrecían narrativas ricas y complejas que merecían ser contadas. Su experiencia en tiendas de discos alrededor del mundo, desde Montreal hasta México D.F., le permitió ampliar su conocimiento y apreciar la diversidad musical que existe más allá de las fronteras del rock.
En su crítica a programas como ‘Operación Triunfo’, Manrique se posicionó en contra de lo que consideraba una ocupación militar de la programación musical en la televisión. Su postura, aunque arriesgada, refleja un compromiso con la autenticidad y la calidad musical. A pesar de las dificultades que enfrentó al desafiar el sistema, su voz crítica ha sido un faro para muchos en el ámbito del periodismo musical.
La relación entre los artistas y su público ha cambiado drásticamente con la llegada de las redes sociales. Manrique observa cómo los consumidores se convierten en defensores activos de sus ídolos, compartiendo sus experiencias y apoyando sus carreras. Este fenómeno ha transformado la forma en que se perciben los conciertos y la música en vivo, donde la cantidad de asistentes a un evento se ha vuelto un indicador de éxito, a menudo en detrimento de la calidad de la experiencia musical.
A medida que el periodismo musical continúa evolucionando, la figura de Diego A. Manrique se erige como un ejemplo de cómo la crítica y la reflexión pueden enriquecer la comprensión de la música. Su trayectoria demuestra que, a pesar de los cambios en la industria y en la forma en que consumimos música, la búsqueda de autenticidad y la apreciación de la diversidad musical son esenciales para el futuro del periodismo musical. La historia de la música en España es rica y compleja, y su cobertura debe reflejar esa riqueza para seguir siendo relevante en un mundo en constante cambio.