El reciente encuentro con el filósofo Byung-Chul Han en el teatro Jovellanos de Gijón ha dejado una profunda impresión en los asistentes. Con su característico estilo directo y humorístico, Han abordó temas complejos como la verdad, la libertad y el impacto del neoliberalismo en la vida cotidiana. Este evento se enmarca dentro de la Semana de los Premios Princesa de Asturias, donde Han fue reconocido por su contribución a la comunicación y las humanidades.
La música de Marta Espinós al piano, interpretando las Variaciones de Goldberg, sirvió como telón de fondo para la presentación de Han, quien no tardó en corregir al presentador sobre su biografía. Con un tono de broma, desmintió la idea de que su interés por la filosofía surgió de la lectura de Heidegger, afirmando que ni siquiera conocía su nombre antes de mudarse a Alemania. Esta anécdota no solo rompió el hielo, sino que también estableció el tono de la charla: una mezcla de reflexión profunda y humor.
### La Verdad como Pilar de la Existencia
Durante su intervención, Han reflexionó sobre el concepto de verdad, describiéndola como algo que perdura en el tiempo y que proporciona sentido a la vida. «La verdad es el lema de mi vida», afirmó, sugiriendo que en un mundo lleno de información efímera, la búsqueda de la verdad se convierte en un acto de resistencia. Para Han, la verdad no es solo un concepto abstracto, sino una necesidad vital que nos orienta y nos une como comunidad.
El filósofo surcoreano-alemán también compartió su experiencia personal sobre cómo llegó a Alemania. Relató que, al escuchar a Bach por primera vez, sintió una conexión profunda con la cultura alemana, lo que lo llevó a dejar su hogar y estudiar filosofía. Sin embargo, lo hizo bajo una pequeña mentira, afirmando que iba a estudiar metalurgia, un deseo que su padre había tenido para él. Esta decisión marcó el inicio de su camino filosófico, donde aprendió alemán a través de Hegel y se sumergió en la música, encontrando en el piano una forma de expresión personal.
Han también hizo hincapié en la importancia de la comunidad en la búsqueda de la libertad. Afirmó que la libertad individual ilimitada puede ser engañosa y que, para ser verdaderamente libres, necesitamos estar rodeados de amigos y seres queridos. Esta idea resuena con su crítica al neoliberalismo, que, según él, ha transformado la libertad en una forma de autoexplotación. En lugar de ser oprimidos, las personas se sienten seducidas por la ilusión de libertad, lo que les impide rebelarse contra un sistema que las agobia.
### Neoliberalismo y la Autoexplotación
Uno de los puntos más impactantes de la charla fue la crítica de Han al neoliberalismo. Describió este sistema como seductor, que no reprime, sino que explota la libertad de las personas. «La autoexplotación es como un siervo que se flagela a sí mismo», explicó, sugiriendo que la falta de resistencia ante este sistema es preocupante. Las personas, al sentirse libres, se instalan en una zona de confort, lo que les impide reconocer su situación de explotación.
Han argumentó que el capitalismo está en un camino hacia la implosión, ya que las personas se sienten cada vez más cansadas y deprimidas. La disminución de la tasa de natalidad es un reflejo de este agotamiento, y el futuro, según él, radica en la posibilidad de un nuevo comienzo, simbolizado por el nacimiento de un niño. Esta visión de esperanza se entrelaza con su crítica al sistema actual, donde la búsqueda de la verdad y la comunidad se convierten en herramientas esenciales para enfrentar el colapso inminente.
El filósofo concluyó su intervención con una reflexión sobre la libertad en el contexto de la amistad y la comunidad. «Pensar no tiene color; es aclarar y aportar claridad», dijo, enfatizando que la filosofía debe ser un medio para crear vínculos y fomentar la comunidad. Al finalizar el acto, la música de Bach resonó nuevamente en el teatro, cerrando un evento que no solo fue una charla, sino un llamado a la reflexión sobre la verdad, la libertad y el futuro de la humanidad.
