El 17 de agosto de 2025, la Rambla de Barcelona se convirtió nuevamente en un espacio de recuerdo y homenaje a las víctimas del atentado terrorista que tuvo lugar hace ocho años. En un ambiente de solemnidad, familiares de los fallecidos, supervivientes y autoridades se reunieron para rendir tributo a quienes perdieron la vida y a aquellos que resultaron heridos en aquel trágico día. Este acto no solo fue una conmemoración, sino también un momento para reflexionar sobre las reivindicaciones que aún persisten entre los afectados.
La Rambla, un emblemático paseo de la ciudad, se vio envuelta en un silencio profundo, interrumpido únicamente por los acordes del ‘Cant dels ocells’. Este año, la ceremonia fue menos tensa que en ocasiones anteriores, lo que permitió a los asistentes centrarse en el dolor compartido y en la esperanza de que se cumplan las demandas de las víctimas. Robert Manrique, un superviviente de otro atentado en 1987, expresó su confianza en que pronto se reabrirá una oficina de atención a las víctimas en Catalunya, cerrada desde 2010 debido a recortes. «Han pasado ocho años. ¿Se hará? Espero que sí y que haya noticias pronto», afirmó Manrique, quien ha estado apoyando a los afectados del 17A desde hace tiempo.
La creación de esta oficina es solo una de las muchas peticiones que los afectados han estado haciendo. En 2022, el Parlament se comprometió a abordar una ley autonómica sobre víctimas del terrorismo, algo que Manrique considera esencial, dado que Catalunya es el segundo territorio del Estado con más víctimas. Además, los afectados reclaman un protocolo de atención postatentado y un centro de memoria sobre el terrorismo en Barcelona, donde se explique la historia de las más de 20 bandas terroristas que han operado en la región.
### La lucha por la verdad
La búsqueda de justicia y verdad es un tema recurrente entre los supervivientes y familiares de las víctimas. Durante la ceremonia, un grupo de manifestantes silenciosos mostró carteles con consignas que exigían responsabilidades por los atentados. Esta manifestación pacífica formó parte de la plataforma 17A exigim responsabilitats, que ha convocado concentraciones para recordar la necesidad de esclarecer los hechos y las posibles negligencias que pudieron haber contribuido a la tragedia.
Las recientes comparecencias en la comisión de investigación del Congreso sobre los atentados han reavivado el interés por conocer la verdad detrás de lo sucedido. Declaraciones de figuras clave, como el exdirector del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), han suscitado más preguntas que respuestas. Félix Sanz Roldán admitió que hubo reuniones con el eximán de Ripoll, considerado el cerebro del ataque, pero negó que hubiera sido un colaborador de los servicios secretos. Por otro lado, el excomisario José Manuel Villarejo afirmó que la matanza podría haberse evitado y que se cometieron negligencias en la gestión de la situación.
Los familiares de las víctimas están ansiosos por conocer las conclusiones de la comisión de investigación, ya que muchos creen que hay aspectos de la sentencia que no se ajustan a la realidad. Manrique, en representación de los afectados, subrayó la importancia de saber lo que ocurrió para evitar que algo así vuelva a suceder. «Quien más o quien menos comenta que quiere saber todo lo que pasó para que no vuelva a pasar y que, si se hizo algo mal, no vuelva a ocurrir», afirmó.
El acto de homenaje del 17 de agosto no solo fue un recordatorio del dolor y la pérdida, sino también un llamado a la acción para que las autoridades tomen en serio las demandas de las víctimas. La creación de una oficina de atención, la implementación de una ley autonómica y la apertura de un centro de memoria son pasos necesarios para honrar la memoria de quienes sufrieron a causa del terrorismo y para garantizar que sus voces sean escuchadas en el futuro.
En un día marcado por la tristeza, también se vislumbró una luz de esperanza. La buena predisposición de las autoridades para abordar las demandas de los afectados sugiere que, aunque el camino hacia la justicia y la verdad puede ser largo, hay un compromiso por parte de la sociedad y del gobierno para no olvidar y para trabajar en pro de un futuro más seguro y justo para todos.