La visita de los Reyes de España, Felipe VI y Letizia, al Monasterio de Montserrat ha generado un ambiente de gran expectación y controversia. Este evento, que coincide con la celebración del milenario de la fundación del monasterio, ha sido objeto de protestas por parte de grupos independentistas que consideran la presencia del monarca como una provocación. A continuación, se detallan los aspectos más relevantes de esta jornada, que ha estado marcada tanto por actos de reconocimiento como por manifestaciones de descontento.
### Un Acto de Reconocimiento y Celebración
La jornada comenzó con la llegada de los Reyes a Montserrat, donde fueron recibidos por el presidente de la Generalitat, Salvador Illa. El evento tiene un carácter privado y está destinado a conmemorar la figura del Abat Oliva, en el marco de la celebración del milenario del monasterio. Se espera la asistencia de diversas personalidades del ámbito económico y empresarial de Cataluña y de otras partes de España, así como de representantes de la Iglesia, incluyendo al abad de Montserrat, Manel Gasch, y otros miembros de la comunidad religiosa.
El monasterio de Montserrat es un símbolo importante para muchos catalanes, no solo por su valor religioso, sino también por su significado cultural y nacional. La visita de los Reyes, en este contexto, ha suscitado opiniones divididas. Mientras algunos ven en ella una oportunidad para fortalecer los lazos entre la monarquía y la comunidad catalana, otros la perciben como un intento de reafirmar la presencia del Estado español en una región que ha mostrado un fuerte deseo de autodeterminación.
### Protestas y Tensión en el Entorno del Monasterio
Paralelamente a la visita real, la Assemblea Nacional Catalana (ANC) ha convocado diversas movilizaciones para expresar su rechazo a la presencia del Rey en Montserrat. Desde primeras horas de la mañana, un grupo de manifestantes se ha concentrado en los alrededores del monasterio, portando banderas independentistas y gritando consignas en contra de la monarquía. La ANC ha calificado la visita de Felipe VI como parte de un plan para «españolizar» Cataluña, un sentimiento que ha sido respaldado por figuras políticas como el expresidente Carles Puigdemont.
La tensión ha aumentado cuando se han producido altercados entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad, resultando en la identificación y denuncia de un manifestante por atentado a la autoridad. Este tipo de incidentes ha llevado a las autoridades a modificar el protocolo de recepción del Rey, trasladando el punto de encuentro a los jardines interiores del monasterio, lejos de la puerta principal, para evitar confrontaciones directas.
A pesar de la fuerte presencia policial, que incluye un cordón de los Mossos d’Esquadra, los manifestantes han logrado expresar su descontento, desplegando una gran bandera independentista y lanzando consignas contra el monarca. La situación ha sido descrita como un reflejo de la polarización política que vive Cataluña, donde la figura del Rey es vista por muchos como un símbolo de opresión y represión.
### La Reacción de la Comunidad y el Futuro de la Monarquía
La visita de los Reyes a Montserrat no solo ha sido un evento protocolario, sino que también ha puesto de manifiesto las tensiones existentes en la sociedad catalana. La figura del Rey Felipe VI ha sido objeto de críticas por su papel durante la crisis catalana de 2017, cuando apoyó la aplicación del artículo 155, que suspendió la autonomía de Cataluña. Esta historia reciente ha dejado una huella profunda en la percepción pública de la monarquía en la región.
El expresidente Puigdemont y otros líderes independentistas han utilizado la ocasión para reiterar su rechazo a la monarquía, argumentando que la presencia del Rey en Cataluña es una provocación y un intento de deslegitimar el movimiento independentista. En este contexto, la ANC ha llamado a la ciudadanía a mantenerse movilizada y a seguir luchando por sus derechos y por la autodeterminación de Cataluña.
La jornada en Montserrat ha sido, por tanto, un microcosmos de la situación política actual en Cataluña, donde las celebraciones y las protestas coexisten en un mismo espacio. La monarquía, que busca restablecer lazos con la comunidad catalana, se enfrenta a un desafío significativo: cómo reconciliar su imagen con una parte de la población que se siente cada vez más alejada de la institución.
A medida que la jornada avanza, la atención se centra no solo en los actos de los Reyes, sino también en la respuesta de la ciudadanía y en cómo se desarrollarán las futuras relaciones entre la monarquía y Cataluña. La historia de esta visita quedará marcada por la dualidad de la celebración y la protesta, reflejando las complejidades de la identidad catalana en el contexto español.