La reciente revelación de Borja Sémper sobre su diagnóstico de cáncer ha resonado en la sociedad española, no solo por la gravedad de la enfermedad, sino por la forma en que ha decidido abordarla públicamente. En su primera entrevista tras el anuncio, Sémper compartió sus sentimientos y reflexiones sobre esta difícil etapa de su vida, destacando la importancia del apoyo familiar y la necesidad de hablar abiertamente sobre el cáncer.
La decisión de hacer pública su situación no fue fácil, pero Sémper explicó que optó por hacerlo para evitar que otros lo hicieran de manera incorrecta. «Antes de que lo cuente otro y lo cuente mal, es mejor adelantarse y contarlo con naturalidad», comentó. Esta decisión refleja su deseo de desdramatizar la enfermedad y de ayudar a otros a sentirse menos solos en sus luchas. La empatía que ha recibido desde su anuncio ha sido abrumadora, y Sémper ha enfatizado cómo el apoyo de amigos y desconocidos ha sido un gran consuelo en estos momentos difíciles.
### La importancia del apoyo familiar
Uno de los pilares fundamentales en la vida de Sémper durante este proceso ha sido su esposa, Bárbara Goenaga. En la entrevista, Sémper destacó cómo su insistencia para que se realizara pruebas médicas fue crucial para su diagnóstico temprano. «Estoy hablando en estos términos gracias a mi mujer, que insistió para que me hiciera pruebas», confesó. Esta declaración pone de relieve la importancia de la comunicación y el apoyo en las relaciones familiares, especialmente en tiempos de crisis.
La pareja tiene cuatro hijos, y Sémper ha compartido su enfoque sobre cómo están manejando la situación en casa. Con los hijos mayores, que ya tienen 14 y 19 años, la comunicación ha sido más directa, mientras que con los más pequeños, de 6 y 8 años, han optado por ser honestos pero cuidadosos. «Papá está enfermo, papá se va a cortar el pelo, y vamos a ver si funciona», es la forma en que han decidido abordar el tema con los más pequeños, buscando preservar su inocencia mientras les informan sobre la situación.
Sémper también reflexionó sobre cómo el diagnóstico ha cambiado su perspectiva sobre la vida y el tiempo. «El tiempo pasa a tener otra dimensión, otro peso, y te lleva a vivir el día a día», afirmó. Esta nueva forma de ver la vida le ha permitido disfrutar más de los momentos simples con su familia, como ver a sus hijos jugar en el sofá.
### La lucha contra el estigma del cáncer
Uno de los aspectos más destacados de la conversación fue el deseo de Sémper de ayudar a desestigmatizar la palabra «cáncer». Reconoció que, aunque la enfermedad es seria, es fundamental hablar de ella con naturalidad. «Quiero ayudar a que la palabra sea menos maldita, y que la palabra ‘cáncer’ también se pueda verbalizar en el espacio público o en la intimidad de cada uno con más naturalidad», expresó. Esta declaración es un llamado a la acción para que más personas se sientan cómodas hablando sobre sus experiencias con el cáncer, lo que podría ser un alivio para muchos que enfrentan la enfermedad en silencio.
Sémper también compartió su experiencia personal al recibir el diagnóstico, describiendo un proceso lleno de incertidumbre y miedo. «Fueron cinco terribles días» antes de que le confirmaran que el cáncer estaba localizado. Durante esos días, su mente estaba llena de pensamientos sobre su familia y su futuro. Sin embargo, al recibir la noticia de que el cáncer era tratable, sintió un alivio que le permitió enfrentar la situación con una actitud más positiva.
A pesar de la gravedad de su diagnóstico, Sémper ha mantenido un enfoque optimista. «El pronóstico de curación existe», afirmó, y se comprometió a enfrentar el tratamiento con determinación. Su enfoque en la actividad física y la normalidad en su vida diaria es un testimonio de su resiliencia y su deseo de seguir adelante, no solo por él mismo, sino también por su familia.
La historia de Borja Sémper es un recordatorio poderoso de que, incluso en los momentos más oscuros, la honestidad, el apoyo familiar y el humor pueden ser herramientas valiosas para enfrentar la adversidad. Su valentía al compartir su experiencia no solo inspira a quienes lo rodean, sino que también abre la puerta a una conversación más amplia sobre el cáncer y la importancia de la detección temprana y el apoyo emocional.