La llegada de ‘Nadie 2’, dirigida por Timo Tjahjanto y protagonizada por Bob Odenkirk, ha generado expectativas en torno a su estreno el 14 de agosto de 2025. Sin embargo, la película parece ser una repetición de la fórmula que hizo popular a su predecesora, ‘Nadie’ (2021). La primera entrega, que combinaba acción y comedia de una manera innovadora, logró captar la atención del público gracias a su enfoque fresco sobre un antiguo matón convertido en padre de familia. Pero, ¿realmente necesitábamos una secuela?
La premisa de ‘Nadie 2’ se siente familiar desde el primer momento. Odenkirk regresa como el protagonista, un personaje que se asemeja a una mezcla entre John Wick y el papá de ‘Los Increíbles’. La película se desarrolla en un resort turístico, donde la violencia se presenta de manera caricaturesca, intentando convertir la ultraviolencia en un asunto cómico. Sin embargo, esta estrategia no logra ocultar la falta de originalidad que permea la narrativa.
### La repetición de fórmulas
Uno de los aspectos más criticables de ‘Nadie 2’ es su evidente falta de innovación. A lo largo de la película, se pueden observar numerosos guiños y recursos visuales que ya fueron utilizados en la primera entrega. La secuela parece estar orgullosa de su propia repetición, lo que puede resultar frustrante para aquellos que esperaban una evolución en la historia o en el desarrollo de los personajes. En lugar de ofrecer algo nuevo, la película se aferra a lo que ya funcionó, lo que la convierte en un mero ejercicio de nostalgia.
Las coreografías de acción, que en la primera película fueron memorables, en esta secuela se sienten como un eco de lo que ya hemos visto. Aunque hay intentos de crear momentos de tensión y emoción, estos son tan efectivos como un anuncio de coches, dejando al espectador con una sensación de vacío. La falta de sustancia narrativa y emocional es palpable, y la película se siente más como un producto comercial que como una obra de arte cinematográfica.
### Un enfoque en la comedia
A pesar de sus debilidades, ‘Nadie 2’ intenta diferenciarse de su predecesora al enfocarse más en la comedia. La película busca parodiar el género de acción, lo que podría haber sido un enfoque interesante si se hubiera ejecutado de manera más efectiva. Sin embargo, el humor a menudo se siente forzado y no logra conectar con el público de la misma manera que lo hizo en la primera entrega. La intención de explorar los conflictos familiares que surgen de ser un asesino a sueldo es un intento de añadir profundidad, pero se queda en la superficie, sin ofrecer una reflexión significativa sobre el tema.
Bob Odenkirk, conocido por su trabajo en la comedia, aporta su carisma al papel, pero incluso su talento no puede salvar a la película de su falta de dirección. La combinación de acción y comedia que una vez fue refrescante se siente ahora como una fórmula desgastada. La película intenta ser menos machista que su predecesora, pero este cambio de enfoque no es suficiente para compensar la falta de originalidad en la trama.
En resumen, ‘Nadie 2’ se presenta como una secuela que no logra superar a su predecesora. La repetición de fórmulas, la falta de innovación y el humor forzado hacen que la película se sienta como un producto más que como una obra cinematográfica digna de ser recordada. Aunque los fanáticos de la primera entrega pueden disfrutar de la actuación de Odenkirk y de algunas secuencias de acción, es difícil no sentir que se ha perdido una oportunidad de crear algo verdaderamente nuevo y emocionante en el mundo del cine de acción.