Cada año, durante la temporada estival, se repite un fenómeno preocupante: muchas familias adoptan mascotas como una forma de entretenimiento para sus hijos, sin considerar las implicaciones a largo plazo de esta decisión. Esta práctica, que puede ser considerada como explotación desde la perspectiva de los derechos de los animales, ha llevado a un aumento alarmante en el abandono de animales una vez que las vacaciones terminan. Cachorros de perros y gatos, así como otros pequeños animales como conejos y hámsters, son adquiridos como si fueran juguetes temporales. Sin embargo, la realidad es que detrás de cada animal hay una vida que depende del cuidado y la atención de sus dueños.
La adopción de una mascota no debe ser una decisión impulsiva. Desde refugios y centros de acogida, se hace un llamado a la responsabilidad de los futuros adoptantes. Adoptar un animal implica un compromiso a largo plazo que no debe tomarse a la ligera. La veterinaria Anna Roura enfatiza que, aunque ha habido avances en la sensibilización sobre el cuidado de los animales, el abandono sigue siendo un problema significativo. Según datos recientes, en 2023 se registró una reducción del 2% en el abandono de gatos y del 13% en perros, pero aún se estima que alrededor de 300,000 mascotas son abandonadas cada año en España.
La mayoría de los abandonos se concentran entre mayo y septiembre, coincidiendo con el final de las vacaciones. Este patrón anual es alarmante y refleja la falta de compromiso de muchos adoptantes. Además, factores como el cierre de cotos de caza también contribuyen al abandono de animales, especialmente perros de caza. En 2019, el Servicio de Protección a la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) registró 163 perros de caza abandonados, aunque algunos colectivos animalistas estiman que la cifra real podría ser mucho mayor.
Los ayuntamientos en España tienen la responsabilidad de recoger animales extraviados y abandonados, así como de alojarlos en centros de protección animal. La ley orgánica establece que deben contar con un servicio de urgencia para la atención veterinaria disponible las 24 horas. Sin embargo, la implementación de estas leyes varía según la comunidad autónoma. Por ejemplo, Catalunya cuenta con una de las leyes más avanzadas en este ámbito, que obliga a los consistorios a establecer convenios con protectoras y centros de acogida. En Madrid, la ley prohíbe el sacrificio de animales recogidos y promueve campañas de identificación y esterilización.
En septiembre de 2023, entró en vigor la ley del bienestar animal, que considera el abandono como una infracción muy grave, con sanciones que pueden oscilar entre 50 y 200,000 euros. Esta ley también establece la obligación de identificación de los animales mediante microchip y la creación de un registro por parte de protectoras y criadores. Sin embargo, la falta de claridad en los protocolos de algunos municipios, especialmente en áreas rurales, dificulta la aplicación efectiva de estas normativas.
La adopción de una mascota requiere un conocimiento profundo sobre las características de cada especie. No todos los animales requieren el mismo nivel de atención y cuidado. Por ejemplo, un perro Border Collie necesita mucho ejercicio y actividad, mientras que un Poodle puede ser más adecuado para un estilo de vida más tranquilo. Es fundamental que los adoptantes comprendan las necesidades específicas de la mascota que desean adoptar para garantizar una convivencia armoniosa.
La presidenta de la Asociación Damas y Vagabundos, Elisabeth Parés, destaca la importancia de un proceso de rescate adecuado. Desde la captura del animal hasta su atención veterinaria, cada paso es crucial para asegurar su bienestar. Las casas de acogida temporal son esenciales en este proceso, ya que permiten que los animales se adapten antes de ser adoptados. Además, los adoptantes son cuidadosamente seleccionados a través de cuestionarios y visitas a domicilio, asegurando que estén comprometidos con el bienestar del animal.
Desde centros de adopción, se observa un aumento en la llegada de perros adultos y mayores, así como de aquellos considerados de razas potencialmente peligrosas. Este cambio en las tendencias de adopción refleja una mayor conciencia sobre la importancia de brindar un hogar a animales que, de otro modo, podrían ser pasados por alto. Los centros también están implementando un proceso de evaluación para asegurarse de que la relación entre el adoptante y el animal sea adecuada, promoviendo así un entorno seguro y amoroso para ambos.
La adopción de mascotas es un acto de amor y responsabilidad que debe ser considerado con seriedad. Cada animal merece un hogar donde se le trate con respeto y cariño, y es fundamental que los futuros adoptantes estén preparados para asumir este compromiso a largo plazo. La educación y la sensibilización sobre la tenencia responsable de mascotas son esenciales para reducir el abandono y garantizar que cada animal tenga la oportunidad de vivir en un entorno seguro y amoroso.