La situación hídrica en Catalunya ha experimentado un notable cambio en los últimos meses, marcando un alivio significativo tras años de sequía. La primavera de 2025 trajo consigo lluvias abundantes que elevaron las reservas de agua en los pantanos catalanes por encima del 80% de su capacidad, un aumento considerable en comparación con la media de los cinco años anteriores. Sin embargo, a medida que el verano avanzaba, las temperaturas elevadas llevaron a una disminución en los niveles de agua embalsada, que cayeron cerca del 70%. Con la llegada del otoño, las recientes precipitaciones han contribuido a un ligero aumento en los niveles de los embalses, aunque todavía se encuentran por debajo del 75%, lo que indica que la situación requiere atención continua.
La Agència Catalana de l’Aigua (ACA) es la entidad responsable de monitorear y actualizar el estado de los embalses en Catalunya. Esta agencia publica informes diarios que detallan la capacidad de los embalses en todo el territorio, así como un registro específico para el sistema Ter-Llobregat, que es crucial para el abastecimiento de agua en las provincias de Barcelona y Girona, así como en la comarca del Solsonès. Según los datos más recientes, el 22 de septiembre de 2025, el estado de las cuencas internas de Catalunya se sitúa en un 73,30% de su capacidad total, un leve incremento del 0,01% respecto al día anterior. Esta cifra es alentadora, ya que mantiene a Catalunya fuera de la situación de sequía, cuyo umbral se establece en el 60%.
La recuperación de los embalses es un tema de gran relevancia, especialmente considerando que hace unos meses la sequía había impactado severamente a la región. Las medidas implementadas por el Govern para gestionar el agua han mostrado resultados positivos. Comparando los datos actuales con los del año anterior, todos los embalses presentan niveles superiores a los de 2024. En particular, durante la primera semana de marzo de 2025, los niveles de agua embalsada fueron el doble que en el mismo periodo del año anterior, lo que refleja una recuperación notable. Estos niveles se asemejan a los registros de épocas anteriores a la sequía, como en 2019, cuando la mayoría de los embalses estaban por encima del 80% de su capacidad.
El sistema Ter-Llobregat, que incluye cinco embalses principales —Sau, Susqueda, la Baells, la Llosa del Cavall y Sant Ponç—, es fundamental para el suministro de agua en la región. Además, hay otros cuatro pantanos que, aunque no forman parte de este sistema, también son esenciales para el abastecimiento de agua en Catalunya. Estos son Darnius Boadella, Foix, Siurana y Riudecanyes. La interconexión de estos embalses permite una gestión más eficiente de los recursos hídricos, especialmente en épocas de sequía.
La primavera de 2025 ha sido especialmente lluviosa, marcando el octavo periodo más húmedo desde que se tienen registros en 1961. Las lluvias continuas durante este tiempo han sido cruciales para el restablecimiento de los niveles de agua en los embalses. El 5 de abril se decretó oficialmente el fin de la sequía, un hito significativo que cerró un capítulo difícil para la región. Este cambio en las condiciones climáticas ha permitido que los embalses de las cuencas internas se llenen en más del 60% de su capacidad, lo que es un indicativo positivo para la gestión del agua en Catalunya.
Sin embargo, a pesar de estos avances, es fundamental mantener la vigilancia sobre los niveles de agua y continuar implementando políticas de gestión sostenible. La experiencia reciente con la sequía ha subrayado la importancia de la planificación y la preparación ante posibles crisis hídricas futuras. La ACA, junto con otras entidades, debe seguir trabajando en la recopilación de datos y en la implementación de estrategias que aseguren un suministro de agua adecuado para la población y la agricultura.
La recuperación de los embalses en Catalunya es un ejemplo de cómo las condiciones climáticas pueden cambiar rápidamente y cómo la gestión adecuada de los recursos hídricos es esencial para la sostenibilidad. La colaboración entre las autoridades y la población es crucial para enfrentar los desafíos que presenta el cambio climático y garantizar que los recursos hídricos se utilicen de manera responsable y eficiente. La situación actual es un recordatorio de la fragilidad de nuestros ecosistemas y de la necesidad de actuar con prudencia y previsión para proteger el agua, un recurso vital para todos.