En el contexto de la conmemoración de los 50 años de la muerte de Francisco Franco, las entidades memorialistas han intensificado sus esfuerzos para transformar la comisaría de Via Laietana en un centro de memoria histórica. Este emblemático edificio, que ha sido testigo de la represión durante la dictadura, se encuentra actualmente en el centro de un debate que involucra a diversas organizaciones, el Gobierno y la sociedad civil. La reciente decisión del Gobierno de Pedro Sánchez de iniciar el trámite para declarar el edificio como lugar de memoria ha sido considerada insuficiente por los activistas, quienes exigen acciones más contundentes.
La Plataforma Via Laietana 43, que agrupa a diferentes entidades memorialistas, ha convocado una manifestación para el 23 de noviembre. En esta movilización, se busca visibilizar la necesidad de verdad, justicia y reparación para las víctimas del franquismo. Pilar Rebaque, abogada y miembro de la Comissió de la Dignitat, ha expresado que el gesto del Gobierno, que se limita a la colocación de una placa, no es suficiente. «Reclamamos verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición. El procedimiento habitual no las garantiza», ha afirmado.
La comisaría de Via Laietana ha sido un símbolo de la represión y el sufrimiento durante la dictadura. Las entidades memorialistas argumentan que permitir que este espacio continúe siendo un centro policial es un acto de blanqueo de la impunidad. «Una democracia consolidada no se puede permitir que un espacio marcado por la represión continúe siendo un centro policial, menos aún con la extrema derecha al alza que se aprovecha de la falta de memoria democrática para apuntalar sus discursos de odio», sostienen.
Además de la manifestación, las organizaciones han presentado alegaciones al Gobierno, exigiendo que la declaración del edificio como lugar de memoria implique el cese inmediato de toda actividad policial en el mismo. También piden que la propiedad del edificio y su fondo documental se transfiera a la Generalitat, y que el periodo histórico reconocido se extienda más allá del franquismo, incluyendo la transición democrática. La voz y el testimonio de las víctimas son considerados elementos esenciales en este proceso.
Por otro lado, la oposición política también ha tomado parte en este debate. El Partido Popular y los sindicatos policiales han presentado alegaciones en contra de la resignificación de la comisaría, argumentando que no están justificadas. Sin embargo, las entidades memorialistas aseguran que tanto el Govern de la Generalitat como el Ayuntamiento de Barcelona han reconocido en reuniones privadas que sus demandas son legítimas. A pesar de esto, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y los sindicatos policiales son vistos como los principales obstáculos para el traslado de la policía a un edificio alternativo que se encuentra a solo 900 metros de la comisaría actual.
Antoni Coll, presidente del Ateneu Memòria Popular, ha criticado la hipocresía del PSOE y del ministro del Interior, afirmando que 50 años después del franquismo, el partido se muestra reacio a enfrentar a los sindicatos de la Policía Nacional. «Hay una gran hipocresía del PSOE y del ministro del Interior y, por extensión, de los gobiernos que se erigen en defensores de la memoria democrática y no la hacen efectiva», ha lamentado. Coll ha instado a aprovechar la actual situación política, donde los socialistas gobiernan en las tres administraciones implicadas, para avanzar más allá de lo que consideran un mero gesto simbólico.
La lucha por la memoria histórica en España es un tema que sigue generando controversia y división. Las entidades memorialistas no se darán por vencidas y continuarán presionando para que se reconozca el sufrimiento de las víctimas y se garantice que la historia no se repita. La manifestación del 23 de noviembre será una oportunidad para que la sociedad civil se una en esta causa y exija un cambio real en la forma en que se aborda la memoria histórica en el país. La transformación de la comisaría de Via Laietana en un centro de memoria no solo es un acto simbólico, sino un paso necesario hacia la justicia y la reparación de las víctimas del franquismo.
