Mariano Ozores, un nombre que resuena con fuerza en la historia del cine español, falleció a los 98 años en su hogar de Madrid. Su legado, marcado por un estilo único y un enfoque particular hacia la comedia, ha dejado una huella indeleble en la cultura cinematográfica del país. Con una carrera que abarcó más de cinco décadas y un impresionante repertorio de 96 películas, Ozores se convirtió en un referente del humor en España, logrando que sus obras fueran vistas por más de 90 millones de personas.
### Un Autodidacta del Humor
Nacido en 1923 en el seno de una familia de actores, Mariano Ozores comenzó su carrera en el mundo del teatro a una edad temprana. Desde sus inicios, trabajó en la compañía teatral de sus padres, donde aprendió los entresijos del espectáculo. Su autodidactismo y su experiencia en el teatro le permitieron desarrollar un agudo sentido de la comedia, que más tarde trasladaría al cine. En sus memorias, Ozores reflexionó sobre cómo su recorrido por diferentes teatros le enseñó a entender lo que hacía reír al público, una habilidad que se convertiría en su sello distintivo.
Uno de los aspectos más destacados de su carrera fue su contribución al fenómeno conocido como ‘landismo’, un estilo cinematográfico que se caracterizaba por su humor desenfadado y situaciones absurdas. Este término se popularizó gracias a la figura del actor Alfredo Landa, pero Ozores fue uno de sus principales artífices. Junto a actores como Fernando Esteso y Andrés Pajares, formó un trío cómico que se convirtió en un fenómeno de taquilla, logrando que sus películas alcanzaran más de un millón de espectadores cada una.
### Un Cine que Refleja la Sociedad
Las películas de Mariano Ozores no solo se limitaban a hacer reír; también ofrecían una crítica social sutil y, a menudo, mordaz. En un contexto de cambios sociales y políticos en España, sus obras reflejaban la realidad de la época, abordando temas como el machismo y la moralidad de una manera que, aunque hoy podría considerarse problemática, era un reflejo de la sociedad de su tiempo. Títulos como ‘Yo hice a Roque III’ y ‘!Que vienen los socialistas!’ no solo eran comedias, sino también comentarios sobre la situación política y social del momento.
Ozores era conocido por su capacidad para crear historias simples pero efectivas, donde la risa era el objetivo principal. Con un ritmo de producción impresionante, rodaba entre cuatro y seis películas al año, muchas de las cuales se realizaban en apenas 20 días. Esta eficiencia, combinada con su talento para el humor, le permitió mantener una presencia constante en las pantallas de cine españolas durante años.
Sin embargo, su estilo no fue del agrado de todos. A pesar de su popularidad, muchos críticos consideraron que su cine era superficial y burdo. Aun así, Ozores siempre defendió su trabajo, afirmando que su verdadero logro era haber mantenido la risa en las salas de cine. En 2016, finalmente recibió el Goya de Honor, un reconocimiento a su vasta trayectoria y su contribución al cine español, que llegó tarde pero fue muy celebrado por sus seguidores.
Las películas de Ozores, aunque a menudo consideradas como parte del ‘cine del destape’, también son un testimonio de una época en la que el humor y la crítica social se entrelazaban de manera única. Títulos como ‘Suspendido en sinvergüenza’, ‘Objetivo: BI-KI-NI’ y ‘La Lola nos lleva al huerto’ son ejemplos de su estilo provocador y su habilidad para conectar con el público.
A lo largo de su carrera, Ozores trabajó con una amplia gama de actores y actrices, muchos de los cuales se convirtieron en grandes estrellas del cine español. Su legado no solo se limita a sus películas, sino también a la influencia que tuvo en las generaciones posteriores de cineastas y comediantes. Su enfoque del humor, que a menudo desafiaba las normas sociales, sigue siendo relevante en el panorama cinematográfico actual.
Mariano Ozores dejó un legado que va más allá de las risas. Su capacidad para reflejar la sociedad española a través de la comedia, su dedicación al arte del cine y su amor por el entretenimiento han hecho de él una figura inolvidable en la historia del cine en España. Su fallecimiento marca el final de una era, pero su influencia perdurará en las risas de quienes disfrutaron de sus películas y en la memoria de aquellos que lo conocieron.