Durante el régimen franquista en España, miles de mujeres jóvenes fueron víctimas de un sistema que buscaba su «regeneración» a través del control y la represión. El Patronato de Protección a la Mujer, dependiente del Ministerio de Justicia, fue una de las instituciones encargadas de gestionar centros de internamiento donde estas mujeres eran recluidas sin juicio ni defensa. Este oscuro capítulo de la historia española ha quedado en gran medida en el olvido, pero el testimonio de Mariona Roca, una de las sobrevivientes, ha comenzado a salir a la luz gracias a documentales y entrevistas que buscan dar voz a las víctimas.
### La Vida de Mariona Roca en el Contexto del Franquismo
Mariona Roca nació en Barcelona en 1952 y creció en una familia católica tradicional. A los 17 años, se encontraba inmersa en un entorno de represión y control familiar, donde sus acciones estaban limitadas por las estrictas normas de la época. A pesar de su deseo de participar en la vida social y política, su familia no le permitía llevar pantalones ni expresar su individualidad. En 1969, tras participar en una manifestación, Mariona decidió escapar a Menorca, pero fue detenida por la Guardia Civil, gracias a la denuncia de sus propios padres.
Su detención la llevó a un convento en Barcelona, donde experimentó un ambiente de aislamiento y control extremo. Las condiciones eran similares a las de una prisión: las jóvenes no podían comunicarse entre sí, eran despertadas a las seis de la mañana para rezar y trabajaban sin remuneración en talleres de confección. Este sistema carcelario no solo buscaba «reeducar» a las mujeres, sino que también las sometía a un régimen de terror psicológico.
Mariona recuerda que, a pesar de las circunstancias, había otras chicas en situaciones similares, algunas de las cuales intentaron suicidarse debido a la desesperación. La falta de comunicación y la presión constante hicieron que cada una de ellas se sintiera sola y atrapada. La represión de sus emociones y la imposición de un ideal de conducta moral resultaron en un trauma profundo que muchas de ellas llevarían consigo durante toda su vida.
### El Impacto de la Represión en la Salud Mental
La historia de Mariona Roca se torna aún más trágica cuando se habla de su ingreso en un psiquiátrico tras su segunda detención. Después de intentar escapar nuevamente, fue llevada a la Clínica Psiquiátrica San Miguel en Madrid, donde sufrió un tratamiento brutal que incluía electrochoques y comas insulínicos. Este tipo de terapia, que había sido desaconsejada, se utilizaba para tratar a mujeres que eran consideradas problemáticas o rebeldes. Mariona describe su experiencia como la de convertirse en un «autómata», incapaz de recordar los momentos más críticos de su vida.
Durante su estancia en el psiquiátrico, Mariona se sintió despojada de su identidad y autonomía. La medicación y los tratamientos la dejaron en un estado de confusión y despersonalización. A pesar de que logró salir del centro tras alcanzar un peso mínimo, las secuelas emocionales y psicológicas de su experiencia la acompañaron durante años. La relación con su familia se volvió tensa y complicada, y aunque intentó hablar con ellos sobre su sufrimiento, las respuestas fueron evasivas y carentes de empatía.
Mariona ha expresado que el perdón no es algo que pueda ofrecer a sus padres, quienes, según ella, le robaron años cruciales de su vida. La falta de reconocimiento y reparación por parte de las instituciones que la encerraron ha sido un tema recurrente en su vida. A pesar de que ha intentado buscar ayuda psicológica, ha encontrado difícil hablar sobre su pasado, lo que refleja el profundo impacto que la represión ha tenido en su salud mental.
### La Lucha por la Memoria y la Verdad
El testimonio de Mariona Roca no solo es un relato personal, sino que también representa la lucha de muchas mujeres que vivieron experiencias similares bajo el régimen franquista. Su historia ha cobrado relevancia en el contexto de la Ley de Memoria Democrática, que busca reconocer y reparar a las víctimas de la dictadura. Sin embargo, Mariona ha señalado que aún queda mucho por hacer. La falta de acceso a los archivos y la necesidad de un proceso de verdad y justicia son aspectos fundamentales para que las víctimas puedan sanar.
Mariona ha instado a las instituciones, incluyendo la Iglesia y el Ministerio de Justicia, a abrir los archivos y permitir que se judicialicen los casos de abuso y represión. La memoria histórica es esencial no solo para honrar a las víctimas, sino también para garantizar que tales atrocidades no se repitan en el futuro. La historia de Mariona Roca es un recordatorio de la importancia de dar voz a quienes han sido silenciados y de la necesidad de construir una sociedad más justa y equitativa.