La reciente designación de Juanfran Pérez Llorca como candidato del Partido Popular (PP) para suceder a Carlos Mazón ha marcado un nuevo capítulo en la política valenciana. La relación entre el PP y Vox, un socio crucial para la investidura, ha entrado en una fase de calma y expectativa, donde las negociaciones parecen estar en un compás de espera. A medida que se acercan las fechas clave, el PP busca manejar los tiempos con astucia, evitando cualquier situación que pueda perjudicar su imagen o su proceso de investidura.
### La Calmosa Negociación con Vox
Desde que se anunció a Pérez Llorca como el candidato del PP, el ambiente dentro del partido es de optimismo. Las fuentes consultadas indican que existe confianza en que se alcanzará un acuerdo con Vox, aunque las conversaciones formales aún no han comenzado. Este enfoque tranquilo contrasta con la urgencia que se vivió durante la investidura de Mazón, donde el PP buscaba distanciarse de Vox antes de las elecciones generales del 23 de julio. En esta ocasión, el partido parece estar dispuesto a tomarse su tiempo, lo que podría ser beneficioso para evitar cualquier controversia que pueda surgir en el camino.
El plazo para proponer oficialmente a Pérez Llorca como candidato expira el 19 de noviembre, y aunque el PP ha insinuado que este plazo no es inamovible, la experiencia pasada sugiere que podrían jugar con los márgenes. En el caso de Mazón, el PP logró reducir el tiempo de presentación a solo ocho días, lo que demuestra que tienen la capacidad de maniobrar dentro de la normativa.
Sin embargo, el contexto actual es diferente. La citación de Pérez Llorca como testigo en la causa de la dana, programada para el 21 de noviembre, ha llevado al PP a considerar la posibilidad de retrasar su nombramiento hasta después de esta fecha. La estrategia es clara: evitar la imagen de un presidente entrando a un juzgado, aunque sea en calidad de testigo. Este enfoque no solo busca proteger la imagen del candidato, sino también la del partido en su conjunto.
### La Influencia del Calendario Judicial y Parlamentario
El calendario judicial y parlamentario juega un papel crucial en la estrategia del PP. La hoja de ruta del partido implica no comunicar la candidatura de Pérez Llorca hasta al menos la semana siguiente, lo que permitiría programar el pleno de investidura más allá de la citación judicial. Esto es fundamental para el PP, ya que desean evitar cualquier distracción que pueda surgir de la comparecencia de Mazón ante la comisión de investigación de la dana, que se prevé mucho más incómoda que su comparecencia en las Corts.
Las negociaciones para la investidura han estado paradas desde que se anunció a Pérez Llorca como candidato. A pesar de la falta de diálogo formal con Vox, las fuentes dentro del PP aseguran que no hay complicaciones en el horizonte. La calma que se respira en el partido sugiere que, aunque no hay prisa, existe la confianza de que se alcanzará un acuerdo sin demasiados contratiempos. Este enfoque es un reflejo de la situación actual, donde el PP busca equilibrar sus intereses políticos con la necesidad de mantener una buena relación con Vox.
El PP también podría estar considerando la posibilidad de ‘contraprogramar’ la comparecencia de Mazón, anunciando la candidatura de Pérez Llorca justo antes de que el ex presidente se presente ante la comisión. Esta táctica podría ayudar a desviar la atención de los medios y del público, permitiendo que el partido controle la narrativa en un momento crítico.
En resumen, la estrategia del PP en la Comunidad Valenciana se centra en la calma y la gestión cuidadosa de los tiempos. A medida que se acercan las fechas clave, el partido busca evitar cualquier situación que pueda perjudicar su imagen o su proceso de investidura. Con la confianza en que se alcanzará un acuerdo con Vox, el PP se prepara para navegar por un camino lleno de desafíos, pero también de oportunidades.
