La figura de Santiago Abascal, líder del partido VOX, ha cobrado relevancia en el panorama político español, especialmente en el contexto de la creciente polarización y el auge de la extrema derecha en Europa. Su retórica, que combina elementos de nacionalismo y un fuerte discurso antiinmigración, ha encontrado eco en un sector de la población que se siente amenazado por los cambios demográficos y culturales. Uno de los elementos recurrentes en su discurso es la referencia a Al Andalus, un periodo histórico que, según Abascal, simboliza la pérdida de la identidad española ante la influencia islámica.
La frase «España no es Al Andalus» se ha convertido en un lema que resuena en sus intervenciones, especialmente en redes sociales. Este tipo de afirmaciones no solo busca movilizar a su base, sino que también alimenta un clima de miedo y desconfianza hacia la inmigración, particularmente la proveniente de países musulmanes. Abascal ha vinculado la inmigración con el yihadismo, utilizando un lenguaje que apela a las emociones más que a la razón, lo que le permite conectar con un electorado que se siente desprotegido y que busca respuestas simples a problemas complejos.
### La Rentabilidad del Discurso Anti-inmigración
El discurso antiinmigración ha demostrado ser una herramienta electoral poderosa. En un contexto donde la economía y la vivienda son temas candentes, VOX ha logrado desviar la atención hacia la inmigración, presentándola como una amenaza a la seguridad y a la identidad cultural. Esta estrategia no es exclusiva de España; en varios países europeos, partidos de extrema derecha han utilizado tácticas similares para ganar apoyo. La retórica de Abascal se basa en la idea de que millones de españoles están cansados de «pagar con sus impuestos la invasión» que, según él, promueven partidos como el PSOE y el PP.
Sin embargo, es importante señalar que este tipo de discurso no se sustenta en datos objetivos. Las estadísticas sobre inmigración y criminalidad no respaldan la narrativa de que los inmigrantes son una carga para la sociedad. A pesar de ello, la falta de un discurso alternativo por parte de la izquierda ha permitido que estas ideas se instalen en el debate público. La ausencia de políticas efectivas de integración y la falta de un enfoque comprensivo sobre el fenómeno migratorio han dejado un vacío que partidos como VOX han sabido aprovechar.
### La Batalla Cultural y la Agenda Política
La estrategia de Abascal también se enmarca dentro de una batalla cultural más amplia. En lugar de centrarse en propuestas concretas para resolver problemas como el desempleo juvenil o la crisis de vivienda, VOX ha optado por un enfoque que prioriza la identidad y la cultura. Este enfoque les permite conectar emocionalmente con su electorado, apelando a sus miedos y preocupaciones. La académica Ruth Wodak ha analizado cómo los discursos de extrema derecha han avanzado desde los márgenes hacia el centro del debate público, normalizando actitudes racistas, homofóbicas y misóginas.
La falta de una respuesta efectiva por parte de la izquierda ante este fenómeno es alarmante. Muchos expertos advierten que las clases bajas están virando hacia la extrema derecha, lo que representa un desafío significativo para los partidos progresistas. La incapacidad de ofrecer un discurso alternativo y de abordar las preocupaciones legítimas de la población ha permitido que el miedo y la desinformación se conviertan en herramientas efectivas para la movilización electoral.
Además, el papel de los medios de comunicación es crucial en este contexto. La cobertura de los mensajes de VOX puede interpretarse como una forma de difundir su discurso, mientras que la falta de cobertura puede resultar en una desconexión con la realidad de los problemas que enfrentan los ciudadanos. Las redes sociales, por su parte, han facilitado la propagación de noticias falsas y desinformación, lo que a su vez alimenta el discurso de odio y la polarización.
La obsesión de Abascal con Al Andalus y su uso del miedo como herramienta electoral no son fenómenos aislados, sino parte de una estrategia más amplia que busca remodelar el discurso político en España. La falta de alternativas efectivas y la incapacidad de los partidos tradicionales para conectar con las preocupaciones de la ciudadanía han permitido que estas ideas se instalen en el debate público, planteando un desafío significativo para la democracia y la cohesión social en el país.