La enfermedad del hígado graso, también conocida como esteatosis hepática, ha emergido como un problema de salud pública significativo en las últimas décadas. Este trastorno, que se caracteriza por la acumulación de grasa en el hígado sin un consumo excesivo de alcohol, afecta a aproximadamente un 33% de los adultos a nivel global. Recientemente, un grupo de más de 100 expertos internacionales ha advertido que tener hígado graso triplica el riesgo de desarrollar cáncer de hígado, lo que subraya la urgencia de abordar esta condición de manera efectiva.
### La importancia de la detección temprana
Durante un reciente encuentro del Think-tank Global sobre esteatosis hepática, celebrado en Barcelona, los especialistas hicieron hincapié en la necesidad de priorizar la detección temprana y el cuidado centrado en las personas que padecen enfermedades hepáticas. La esteatosis hepática metabólica (MASLD, por sus siglas en inglés) es una forma de esta enfermedad que puede ser reversible en sus etapas iniciales, pero que a menudo no presenta síntomas hasta que se encuentra en fases avanzadas. Esto puede llevar a complicaciones graves como fibrosis, cirrosis e incluso carcinoma hepatocelular, que es un tipo de cáncer de hígado.
El riesgo de desarrollar esta enfermedad es significativamente mayor en personas que padecen diabetes tipo 2 u obesidad. Sin embargo, a pesar de su gravedad, la detección de la MASLD es escasa. Un artículo publicado en una revista médica de renombre ha instado a los sistemas de salud a duplicar la tasa de diagnóstico de la esteatohepatitis metabólica (MASH) antes de 2027. Esta enfermedad, que afecta silenciosamente a millones de personas, rara vez es detectada a tiempo, lo que significa que se pierden oportunidades valiosas para intervenciones tempranas que podrían mejorar el pronóstico y reducir la carga sanitaria.
### Estrategias para combatir la enfermedad
Los expertos han propuesto una serie de acciones concretas para abordar esta creciente amenaza. Entre ellas se incluyen la realización de evaluaciones rutinarias en grupos de riesgo, la integración de pruebas hepáticas en consultas médicas regulares y la actualización de políticas de reembolso. Además, se destaca la importancia de la colaboración entre atención primaria, endocrinología, cardiología y asociaciones de pacientes para mejorar el acceso al diagnóstico y tratamiento.
Una de las herramientas más prometedoras en la identificación de pacientes en riesgo son las tecnologías basadas en inteligencia artificial. Estas tecnologías permiten detectar la enfermedad de manera no invasiva, lo que podría facilitar un diagnóstico más temprano y efectivo. La reciente aprobación de un nuevo tratamiento también ha aumentado la urgencia de mejorar el acceso al diagnóstico y tratamiento de estas enfermedades.
El futuro de la lucha contra la MASLD y MASH radica en la anticipación. Los expertos han enfatizado que no solo se debe tratar a los pacientes en etapas avanzadas, sino que es crucial identificar precozmente a aquellos que aún no presentan fibrosis. Este cambio hacia una hepatología preventiva es clave para mejorar la salud metabólica de millones de personas en todo el mundo.
En España, la situación es alarmante. Un informe específico presentado durante el encuentro revela que el país enfrenta un aumento significativo de casos de enfermedades hepáticas crónicas, lo que tendrá un impacto considerable en la mortalidad y los costos sanitarios. Se estima que la mortalidad atribuida a estas enfermedades se duplicará, alcanzando unas 7.590 muertes en 2030. En 2021, aproximadamente ocho millones de personas vivían con MASLD en España, cifra que se prevé aumente a 12,7 millones en 2030.
Los costos directos sanitarios asociados a estas enfermedades también podrían más que duplicarse, pasando de casi 1.300 millones de euros en 2021 a más de 3.000 millones en 2040. Para hacer frente a esta crisis, se recomienda una estrategia nacional liderada por el Ministerio de Sanidad, que incluya un registro de MASLD y su incorporación en los indicadores clave de salud.
Además, más de 40 expertos han publicado una hoja de ruta para erradicar el estigma vinculado a las enfermedades hepáticas. Esta iniciativa, respaldada por más de 70 organizaciones internacionales, busca cambiar el enfoque hacia un lenguaje centrado en la persona y modelos de atención que prioricen al individuo por encima de la etiqueta diagnóstica. A pesar de que la enfermedad hepática crónica afecta a más de 1.500 millones de personas en todo el mundo, sigue siendo en gran medida excluida de las estrategias para abordar las enfermedades no transmisibles.
A medida que se acerca la Reunión de Alto Nivel de la ONU sobre enfermedades no transmisibles, programada para septiembre de 2025, los expertos han instado a cerrar esta brecha histórica y acelerar la integración de las enfermedades hepáticas crónicas en políticas y prácticas clínicas a nivel global. La lucha contra el hígado graso y sus complicaciones es un desafío que requiere atención urgente y un enfoque multidisciplinario para garantizar una mejor salud para las generaciones futuras.