En los últimos años, se ha observado un aumento en la práctica de cobrar por agua purificada en restaurantes de España. Este fenómeno ha generado un debate sobre la legalidad y la ética de esta práctica, especialmente cuando se considera que el agua del grifo es de calidad suficiente y, por ley, debe ser ofrecida de forma gratuita. La situación ha llevado a muchos consumidores a cuestionar si realmente están recibiendo un producto superior o si simplemente están siendo objeto de un truco comercial.
Cada vez más establecimientos están optando por ofrecer agua filtrada, también conocida como agua de Kilómetro cero, que en realidad proviene del grifo. Este proceso implica el uso de máquinas que purifican el agua, eliminando impurezas y contaminantes. Sin embargo, el coste de este servicio es mínimo para los restaurantes, lo que ha llevado a algunos a cobrar un euro o más por un vaso de agua que, en esencia, podría ser gratuita.
### La Ley y los Derechos del Consumidor
La Ley de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular establece claramente que los establecimientos de hostelería deben ofrecer agua no envasada de manera gratuita. Este artículo, en su punto 18.3, subraya que los consumidores tienen derecho a solicitar agua del grifo sin coste adicional. Sin embargo, muchos restaurantes han encontrado formas de eludir esta normativa, cobrando por el servicio de agua purificada y argumentando que se trata de un producto premium.
Rubén Sánchez, portavoz de la fundación Facua de consumidores, ha señalado que esta práctica es un engaño. «El agua purificada no es más que agua del grifo tratada, y los restaurantes están obligados a ofrecer agua gratuita si así lo solicita el cliente», afirma. Esta situación ha llevado a un aumento en las quejas de consumidores que se sienten estafados al recibir una botella de agua purificada sin haber sido informados previamente de su coste.
El precio medio del agua en España es de aproximadamente 1,92 euros por cada 1.000 litros, mientras que en los restaurantes que ofrecen agua filtrada, el coste puede oscilar entre 1,50 y 3 euros por una botella de un litro. Esto plantea la pregunta de si realmente vale la pena pagar por un producto que, en muchos casos, no ofrece una calidad superior a la del agua del grifo.
### La Calidad del Agua: ¿Realmente es Superior?
Uno de los argumentos más comunes a favor del agua purificada es que su calidad es superior a la del agua del grifo. Sin embargo, expertos en el tema, como Eloy García Calvo, investigador de IMDEA Agua, han desmentido esta afirmación. Según García Calvo, el agua del grifo en España cumple con normativas estrictas y es perfectamente potable. «La calidad del agua del grifo es suficiente y no necesita ser tratada para eliminar sólidos», explica.
Además, el investigador señala que el sabor del agua puede variar según la región, pero esto no implica que su calidad sea inferior. En lugares donde el agua tiene un sabor menos agradable, la solución podría ser simplemente mejorar la infraestructura de distribución, en lugar de recurrir a sistemas de filtrado que, en muchos casos, no aportan beneficios significativos.
Por otro lado, muchos restaurantes que han adoptado el uso de máquinas purificadoras argumentan que esta práctica les ayuda a reducir la huella de carbono al eliminar el uso de botellas de plástico de un solo uso. Sin embargo, esta justificación ha sido criticada por aquellos que creen que el agua del grifo debería ser la opción preferida, especialmente en ciudades donde la calidad del agua es alta.
Cristina, gerente de un restaurante en Granollers, menciona que sus clientes han dado un feedback positivo sobre el agua purificada, pero también reconoce que muchos de ellos no son conscientes de que podrían pedir agua del grifo sin coste alguno. Esta falta de información puede llevar a los consumidores a aceptar prácticas que, legalmente, no deberían ser la norma.
La controversia sobre el cobro por agua purificada en restaurantes refleja un dilema más amplio sobre la transparencia y la ética en el sector de la hostelería. A medida que más consumidores se vuelven conscientes de sus derechos, es probable que la presión sobre los restaurantes para que cumplan con la ley y ofrezcan agua del grifo de forma gratuita aumente. La educación del consumidor y la regulación efectiva serán claves para abordar esta problemática y garantizar que todos tengan acceso a agua potable sin coste adicional.