En un acto sin precedentes, Kim Jong-un ha rendido homenaje a los soldados norcoreanos que han perdido la vida en la guerra de Ucrania, un gesto que marca un cambio significativo en la estrategia propagandística del régimen. Este evento, que tuvo lugar en el Gran Teatro del Este de Pyongyang, se celebró en el contexto del primer aniversario del tratado de defensa mutua entre Corea del Norte y Rusia. Durante la gala, se proyectaron imágenes de Kim tocando solemnemente los ataúdes cubiertos con la bandera nacional, un acto que ha sido interpretado como un intento de legitimar la participación de Corea del Norte en el conflicto ucraniano.
### Un Homenaje Inusual
La ceremonia incluyó actuaciones de artistas locales y rusos, así como imágenes que exaltaban la alianza militar entre Kim y el presidente ruso, Vladímir Putin. Entre las proyecciones más impactantes se encontraban fotografías de soldados de ambos países ondeando sus banderas, así como un cuaderno ensangrentado que supuestamente pertenecía a un soldado caído, con frases que evocaban un fervor patriótico y un llamado a la lucha. Este homenaje es significativo no solo por su contenido, sino también porque representa la primera vez que el régimen norcoreano reconoce explícitamente la muerte de sus tropas en el extranjero.
La agencia estatal KCNA describió el evento como una prueba de los «lazos de amistad y la genuina obligación internacionalista» entre los pueblos de Corea del Norte y Rusia, lo que sugiere un intento de fortalecer la narrativa de que las bajas son parte de una gesta heroica en lugar de simples víctimas de un conflicto.
### La Estrategia de Propaganda de Kim Jong-un
Históricamente, el régimen de Kim Jong-un ha mantenido una postura de negación respecto al envío de tropas al extranjero, especialmente en conflictos tan controvertidos como el de Ucrania. Sin embargo, este homenaje marca un cambio en la narrativa, donde las bajas son presentadas como un sacrificio por una causa mayor. Según Hong Min, investigador del Instituto de Unificación Nacional de Corea del Sur, el régimen busca transformar a sus soldados muertos en héroes, lo que podría ser un intento de galvanizar el apoyo interno y justificar su participación en la guerra.
La ceremonia también incluyó la presencia de figuras clave del régimen, como la hermana de Kim, Kim Yo-jong, y la ministra de Exteriores, Choe Son-hui, lo que indica la importancia del evento para la cúpula del poder norcoreano. La transmisión del homenaje en la televisión estatal es un hito, ya que por primera vez se muestran imágenes explícitas de soldados muertos en combate, lo que podría tener un impacto significativo en la percepción pública dentro de Corea del Norte.
Desde el otoño pasado, se estima que Corea del Norte ha enviado alrededor de 15,000 soldados al frente en Ucrania, con un saldo de aproximadamente 4,700 bajas, incluyendo al menos 600 muertos. La inteligencia surcoreana ha advertido que el régimen podría estar planeando enviar nuevas oleadas de tropas en los próximos meses, lo que sugiere que la participación de Corea del Norte en el conflicto no solo es continua, sino que podría intensificarse.
Además de las bajas humanas, el régimen ha estado suministrando a Rusia grandes cantidades de municiones y armamento, a cambio de tecnología militar y apoyo económico. Este intercambio no solo refuerza la alianza entre ambos países, sino que también posiciona a Corea del Norte como un actor relevante en uno de los conflictos más devastadores de la actualidad.
La glorificación de las bajas en Ucrania podría ser una estrategia para consolidar el apoyo interno y desviar la atención de los problemas económicos y sociales que enfrenta el país. Al presentar a los soldados como héroes, el régimen busca fortalecer la lealtad hacia Kim Jong-un y su gobierno, al tiempo que se proyecta una imagen de fortaleza y determinación en el ámbito internacional.
Este cambio en la narrativa también podría tener repercusiones en la política exterior de Corea del Norte, ya que el régimen busca consolidar su posición en un mundo cada vez más polarizado. La relación con Rusia, especialmente en el contexto de la guerra en Ucrania, se ha vuelto crucial para Pyongyang, que depende de Moscú no solo para el apoyo militar, sino también para la ayuda económica en un momento de creciente aislamiento internacional.
La situación en Ucrania y la participación de Corea del Norte en el conflicto son un recordatorio de cómo las dinámicas geopolíticas pueden influir en la política interna de los regímenes autoritarios. A medida que el conflicto se intensifica, será interesante observar cómo Kim Jong-un maneja la narrativa de las bajas y la participación de su país en la guerra, así como las posibles implicaciones para la estabilidad interna y la política exterior de Corea del Norte.