La situación en Yemen ha escalado drásticamente en los últimos días, con el Ejército de Israel llevando a cabo una serie de bombardeos en el aeropuerto de Saná, la capital yemení. Este ataque se produce en medio de un contexto de creciente tensión entre Israel y los rebeldes hutíes, quienes han intensificado sus ataques con misiles en respuesta a la ofensiva israelí en la Franja de Gaza. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han declarado que sus ataques están dirigidos a desmantelar la infraestructura utilizada por los hutíes para llevar a cabo operaciones terroristas.
Los bombardeos recientes han sido justificados por Israel como una medida de defensa ante los ataques de los hutíes, quienes han estado lanzando misiles hacia el territorio israelí. En un comunicado, el Ejército israelí afirmó que el aeropuerto de Saná estaba siendo utilizado por los hutíes para transportar terroristas y llevar a cabo actividades hostiles contra Israel. Este ataque ha generado preocupación internacional, ya que se ha informado que un avión de Yemenia Airways y la pista de aterrizaje del aeropuerto han sido alcanzados durante los bombardeos.
### Contexto del Conflicto
El conflicto en Yemen ha estado en curso desde 2014, cuando los hutíes, un grupo rebelde chiita, tomaron el control de Saná y desplazaron al gobierno reconocido internacionalmente. Desde entonces, el país ha sido escenario de una guerra devastadora que ha dejado miles de muertos y millones de desplazados. La intervención de Arabia Saudita, que lidera una coalición militar en apoyo al gobierno yemení, ha complicado aún más la situación, generando un conflicto multifacético que involucra a diversas potencias regionales.
La reciente escalada de violencia se ha visto exacerbada por la ofensiva israelí en Gaza, que comenzó tras los ataques del 7 de octubre de 2023. Los hutíes han declarado que sus ataques contra Israel son una respuesta a la agresión israelí en Gaza, y han prometido continuar con sus acciones hasta que se levante el cerco sobre el enclave palestino. Este ciclo de violencia ha llevado a un aumento en las tensiones no solo en la región, sino también a nivel internacional, con llamados a la paz y la resolución del conflicto.
### Reacciones Internacionales
La comunidad internacional ha expresado su preocupación por la escalada de violencia en Yemen y la posibilidad de que el conflicto se extienda más allá de sus fronteras. Organizaciones humanitarias han advertido sobre el impacto devastador que estos ataques tienen sobre la población civil, que ya sufre las consecuencias de años de guerra. La ONU ha instado a ambas partes a cesar las hostilidades y a buscar una solución pacífica al conflicto.
El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, ha afirmado que la Fuerza Aérea continuará atacando objetivos hutíes en Yemen como parte de su estrategia para proteger a Israel de cualquier amenaza. Katz ha enfatizado que cualquier ataque contra Israel será respondido con fuerza, y que las infraestructuras utilizadas por los hutíes serán destruidas sistemáticamente. Esta postura ha sido respaldada por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien ha señalado que los hutíes son solo un síntoma de un problema mayor, refiriéndose a la influencia de Irán en la región.
A medida que la situación se desarrolla, los hutíes han mantenido su postura de no cesar los ataques hasta que se detenga la agresión en Gaza. Esto ha llevado a un ciclo de represalias que parece no tener fin, con cada lado intensificando sus acciones en respuesta a las provocaciones del otro. La comunidad internacional observa con preocupación, temiendo que el conflicto en Yemen pueda convertirse en un punto de inflamación más amplio en el Medio Oriente.
La escalada de violencia en Yemen es un recordatorio de la complejidad de los conflictos en la región, donde las luchas internas se entrelazan con las tensiones internacionales. A medida que las potencias regionales continúan involucrándose, la posibilidad de una resolución pacífica parece cada vez más lejana, dejando a la población civil atrapada en medio de un conflicto que no parece tener fin.