Un incendio devastador ha afectado a la Mezquita-Catedral de Córdoba, un monumento emblemático y Patrimonio de la Humanidad, causando daños significativos en varias capillas. El incidente ocurrió en la noche del viernes, y el balance inicial indica que la capilla de la Anunciación ha colapsado, mientras que otras dos capillas han sufrido daños considerables. El fuego se originó en la capilla número 37, donde se almacenan útiles de limpieza, y aunque aún se investiga la causa exacta, se sospecha que el incendio pudo haber comenzado en una barredora eléctrica.
Los bomberos de Córdoba, liderados por el jefe del Servicio de Extinción de Incendios, Daniel Muñoz, realizaron una intervención heroica para controlar el fuego. Muñoz explicó que en situaciones de incendio, se forma una capa carbonosa en las vigas que, aunque protege el interior, reduce su resistencia estructural. Esto, combinado con el peso del agua utilizada para apagar el fuego, contribuyó al colapso de la capilla. La intervención de los bomberos fue doble: un ataque desde el interior y otro desde el exterior, lo que permitió sectorizar el incendio y evitar que se propagara a otras áreas del monumento.
El alcalde de Córdoba, José María Bellido, elogió la valentía de los bomberos, destacando que su rápida respuesta fue crucial para minimizar los daños. Gracias a los simulacros realizados en el monumento a lo largo de los años, la extinción del incendio se llevó a cabo de manera efectiva, evitando una tragedia mayor. Bellido también agradeció el apoyo de otros alcaldes del Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad y del presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, quienes se interesaron por la situación.
A pesar de los daños, el deán de la Catedral, Joaquín Alberto Nieva, ha instado a la calma, señalando que la zona afectada por el incendio es relativamente pequeña, con aproximadamente 50 metros cuadrados dañados de un total de 13,000 metros cuadrados del complejo monumental. El incendio se inició alrededor de las 21:15 horas, entre la capilla del Baptisterio y la del Espíritu Santo, en una parte de la Mezquita-Catedral que, según Nieva, tiene un menor valor patrimonial.
La Mezquita-Catedral de Córdoba, que ha sobrevivido a lo largo de su historia a varios incidentes, ha sufrido este incendio, el tercero de su milenaria existencia. Los dos incendios anteriores se registraron en 1910 y 2001. La importancia de este monumento no solo radica en su arquitectura y su historia, sino también en su significado cultural y religioso para la comunidad local y para los visitantes de todo el mundo.
A pesar de los daños, la Mezquita-Catedral reabrió sus puertas al público el sábado, aunque la zona afectada por el fuego permanece cerrada y acotada. Los técnicos han evaluado que no hay riesgos para los visitantes en las áreas que no fueron afectadas por el incendio. Esta decisión se tomó para asegurar que el monumento continúe siendo accesible a quienes deseen admirar su belleza y su historia, a pesar de la reciente tragedia.
El incendio ha dejado una huella profunda en la comunidad de Córdoba, que se une en un esfuerzo por restaurar y preservar este símbolo de su patrimonio. La Mezquita-Catedral no solo es un lugar de culto, sino también un testimonio de la rica historia de la ciudad, que ha sido influenciada por diversas culturas a lo largo de los siglos. La respuesta rápida y efectiva de los servicios de emergencia ha sido fundamental para proteger lo que queda de este invaluable monumento, y la comunidad está decidida a trabajar en su restauración.
La Mezquita-Catedral, construida originalmente como una mezquita en el siglo VIII y convertida en catedral en el siglo XIII, es un ejemplo impresionante de la arquitectura islámica y cristiana. Su historia refleja la complejidad de la identidad cultural de España y la convivencia de diferentes tradiciones a lo largo de los siglos. La comunidad de Córdoba, junto con las autoridades locales y regionales, se compromete a garantizar que este patrimonio perdure para las futuras generaciones, a pesar de los desafíos que enfrenta tras el incendio.