La tormenta tropical Melissa ha dejado una huella devastadora en Haití, un país que ya enfrenta múltiples crisis. Con al menos tres muertes confirmadas y un aumento en la movilización de ayuda internacional, la situación se torna crítica. La tormenta, que se encuentra a unos 360 kilómetros al suroeste de Puerto Príncipe, ha provocado deslizamientos de tierra y caídas de árboles, exacerbando la vulnerabilidad de una nación que lucha contra la violencia de pandillas y una crisis humanitaria en curso.
Las lluvias intensas han llevado a la Protección Civil de Haití a emitir alertas sobre el riesgo de inundaciones y deslizamientos de tierra. La población ha sido instada a permanecer en alerta y buscar refugios seguros, especialmente aquellos que residen en áreas de alto riesgo. La Policía Nacional de Haití ha declarado un estado de «alerta máxima» y está movilizando recursos para llevar a cabo operaciones de rescate y distribución de ayuda.
### Respuesta Internacional ante la Emergencia
Ante la inminente amenaza de la tormenta, diversas agencias de la ONU han anunciado la asignación de aproximadamente 4 millones de dólares para preparar a las comunidades afectadas. El Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha comenzado a distribuir asistencia preventiva, con el objetivo de satisfacer las necesidades humanitarias urgentes de unas 45,000 personas. Esta ayuda incluye alimentos y otros recursos vitales para ayudar a las familias a proteger sus medios de vida antes de que la tormenta golpee con toda su fuerza.
Además, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha coordinado esfuerzos con la Protección Civil de Haití para desplegar más de 100 refugios y 150 brigadistas. Se espera que esta asistencia vital llegue a 3,000 familias en riesgo, junto con artículos de socorro para más de 10,000 hogares y kits de refugio para 30,000 personas. La colaboración entre estas organizaciones es crucial, dado el contexto de crisis que enfrenta el país.
### Crisis Social y Sanitaria en Haití
La tormenta tropical Melissa no solo representa un desafío en términos de desastres naturales, sino que también se suma a la crisis social, política y de seguridad que ha asolado Haití en los últimos años. Desde junio hasta agosto, se registraron 2,123 homicidios, lo que refleja la violencia desatada por bandas armadas que han desplazado a 1.4 millones de personas. Estos grupos criminales han causado más de 16,000 muertes desde 2022, lo que ha llevado a una situación de inseguridad extrema.
La crisis sanitaria también es alarmante, con un nuevo brote de cólera que ha dejado 17 muertes confirmadas desde septiembre. Las lluvias provocadas por Melissa podrían agravar esta situación, ya que las condiciones sanitarias ya son precarias y la propagación de enfermedades es un riesgo constante. La combinación de desastres naturales y crisis humanitaria pone a la población en un estado de vulnerabilidad extrema, donde la ayuda internacional se vuelve indispensable.
La situación en Haití es un recordatorio de la fragilidad de las infraestructuras y la necesidad de una respuesta coordinada y efectiva ante emergencias. La comunidad internacional debe actuar rápidamente para mitigar el impacto de la tormenta y abordar las crisis subyacentes que han llevado al país a esta situación crítica. La solidaridad y el apoyo son esenciales para ayudar a Haití a recuperarse y reconstruir su futuro.
