La situación laboral en la planta de Magneti Marelli en Santpedor se ha vuelto crítica, ya que los trabajadores han decidido iniciar una huelga indefinida a partir del 17 de noviembre. Esta medida surge como respuesta a la intención de la dirección de cerrar la fábrica, que se ha visto afectada por la falta de inversión y la obsolescencia de sus instalaciones. La empresa ha estado en negociaciones con los sindicatos para llevar a cabo un expediente de regulación de empleo (ERE) que afectaría a 52 empleados, lo que ha llevado a los trabajadores a endurecer sus acciones en busca de un acuerdo más favorable.
La planta de Santpedor se especializa en la fabricación de tubos de escape, un componente que ha perdido relevancia con el auge de los vehículos eléctricos. Ante esta realidad, la dirección de Magneti Marelli ha decidido que no es rentable continuar con la producción en esta planta y ha optado por ofrecer indemnizaciones a los trabajadores afectados. Sin embargo, el sindicato CCOO, que representa a la mayoría de los empleados, ha manifestado su firme intención de evitar el cierre y ha solicitado a la empresa que considere la posibilidad de reindustrializar la planta, dándole un nuevo enfoque con la producción de componentes más actuales.
Las negociaciones entre la dirección y los sindicatos han sido tensas. Aunque la empresa ha ofrecido indemnizaciones que superan las estipuladas para despidos por causas objetivas, estas no alcanzan el nivel de un despido improcedente, lo que ha generado descontento entre los trabajadores. La parte social ha presentado una contrapropuesta y espera una respuesta por parte de la dirección en los próximos días. El Departament de Treball ha convocado a ambas partes para mediar en la situación, con la esperanza de llegar a un acuerdo antes de que se cierre el expediente.
La situación en Magneti Marelli no es un caso aislado. En lo que va de 2025, se han registrado más de 6.000 despidos en Catalunya, lo que representa un aumento del 63,4% en comparación con el mismo periodo del año anterior. Este incremento en los despidos colectivos ha llevado a que muchos trabajadores se sientan inseguros sobre su futuro laboral, especialmente en un contexto donde las empresas están reestructurando sus operaciones para adaptarse a un mercado en constante cambio.
La huelga programada para el 17 de noviembre implica un paro total de las líneas de producción, lo que podría tener un impacto significativo en la operación de la planta y en la cadena de suministro de la empresa. Los trabajadores están decididos a hacer sentir su voz y a luchar por sus derechos laborales, esperando que la presión generada por la huelga lleve a la dirección a reconsiderar su decisión de cierre.
La situación en Magneti Marelli es un reflejo de los desafíos que enfrentan muchas industrias en la actualidad, donde la transición hacia tecnologías más sostenibles está obligando a las empresas a adaptarse rápidamente. La falta de inversión en la planta de Santpedor ha sido un factor clave en la decisión de cierre, lo que pone de manifiesto la necesidad de que las empresas inviertan en la modernización de sus instalaciones para mantenerse competitivas en un mercado en evolución.
Los trabajadores de Magneti Marelli no solo están luchando por sus empleos, sino también por el futuro de la industria en Catalunya. La posibilidad de reindustrializar la planta y diversificar su producción podría ser una solución viable que beneficie tanto a los empleados como a la empresa. Sin embargo, para que esto suceda, es fundamental que la dirección esté dispuesta a escuchar las demandas de los trabajadores y a considerar alternativas que puedan evitar el cierre definitivo de la planta.
A medida que se acerca la fecha de inicio de la huelga, la tensión entre los trabajadores y la dirección de Magneti Marelli continúa en aumento. La comunidad laboral y los sindicatos están observando de cerca la situación, ya que el resultado de esta lucha podría sentar un precedente para otras empresas en la región que enfrentan desafíos similares. La solidaridad entre los trabajadores y la presión ejercida por los sindicatos serán cruciales en los próximos días, mientras todos esperan que se alcance un acuerdo que permita mantener la planta abierta y proteger los empleos de los trabajadores afectados.
