La sociedad actual se encuentra en medio de transformaciones significativas impulsadas por la revolución digital, el avance de la inteligencia artificial y el envejecimiento de la población. Estos cambios, lejos de ser una amenaza, representan una oportunidad valiosa si se sabe identificar y aprovechar el talento sénior, un recurso humano que no debe ser subestimado.
La Fundación Pimec ha organizado una jornada centrada en este tema, enfatizando la importancia de no desperdiciar el capital humano que representan las personas mayores. Según Eurostat, más del 21% de la población en Europa tiene más de 65 años, y se estima que esta cifra alcanzará el 30% para el año 2050. Este fenómeno demográfico exige una revisión de las estrategias empresariales y sociales, ya que el envejecimiento no debe ser visto como una etapa de retiro, sino como una fase llena de potencial para aportar experiencia, criterio y liderazgo.
El aumento de la esperanza de vida plantea retos adicionales para la sostenibilidad del sistema de pensiones y el Estado del bienestar, ya que implica un incremento en el gasto sanitario y social. En este contexto, el talento sénior puede ser parte de la solución, contribuyendo a extender las trayectorias laborales de manera flexible y enriquecedora.
La inteligencia artificial está transformando diversos sectores al automatizar procesos y optimizar recursos. Sin embargo, las competencias humanas, como el pensamiento crítico y la empatía, se vuelven más valiosas que nunca. Estas habilidades se desarrollan con el tiempo, y el talento sénior tiene mucho que ofrecer en este sentido. Cuando un profesional con décadas de experiencia se retira sin haber transmitido su conocimiento, se pierde un recurso invaluable.
Desafortunadamente, esta situación es más común de lo que se podría pensar. Es urgente superar el edadismo, a menudo inconsciente, que hace que muchos séniors se sientan excluidos justo cuando más pueden aportar. Solo un 22% de las personas mayores de 55 años participan en formación continua, y muchas organizaciones carecen de planes para retener y activar su talento. Esta falta de acción dificulta la transferencia de conocimiento entre generaciones.
A pesar de estos desafíos, hay buenas noticias. Algunas empresas han comenzado a implementar iniciativas para aprovechar el talento sénior. Estas incluyen planes de segunda carrera, jubilación flexible y formación digital adaptada a las necesidades de los profesionales más veteranos. También se están promoviendo programas de mentoría, donde los trabajadores con más experiencia guían a los más jóvenes, y el ‘reverse mentoring’, donde los jóvenes ayudan a los séniores a adquirir habilidades digitales. Este intercambio beneficia a ambas partes y fortalece la cultura colaborativa dentro de las organizaciones.
Además, algunas empresas están formando equipos intergeneracionales para fomentar la innovación y mejorar la cohesión interna. La creación de un entorno de respeto y colaboración entre generaciones puede llevar a resultados superiores. Estudios recientes indican que las organizaciones que gestionan adecuadamente la diversidad generacional obtienen mejores resultados en rendimiento, innovación y clima laboral.
Es fundamental cambiar la percepción sobre el talento sénior: no es un vestigio del pasado, sino un activo clave para el futuro. En un mundo donde la tecnología avanza rápidamente, la verdadera ventaja competitiva la tienen aquellas organizaciones que combinan juventud y experiencia, energía y criterio. Activar este talento no solo es una cuestión de justicia, sino una decisión estratégica para enfrentar los grandes retos de nuestra era.
El futuro no será construido únicamente por algoritmos, sino por personas capaces de darles sentido. Por lo tanto, es esencial que las empresas y la sociedad en general reconozcan y valoren el potencial del talento sénior, asegurando que su experiencia y conocimientos se integren en el desarrollo de nuevas estrategias y soluciones. La colaboración intergeneracional no solo enriquecerá a las organizaciones, sino que también contribuirá a un entorno laboral más inclusivo y dinámico, donde todos los miembros, independientemente de su edad, puedan aportar y crecer juntos.