En el mundo del fútbol femenino, pocas combinaciones son tan efectivas y emocionantes como la que forman Aitana Bonmatí, Patri Guijarro y Alexia Putellas. Este trío ha demostrado ser un verdadero motor para la selección española en la Eurocopa 2025, llevando a su equipo a nuevas alturas y consolidando su reputación como uno de los mejores centros del campo del mundo. A lo largo de los años, han cultivado una conexión que va más allá de lo táctico, convirtiéndose en un ejemplo de complicidad y entendimiento en el deporte.
### Un Camino Lleno de Desafíos
La trayectoria de estas tres jugadoras ha estado marcada por altibajos. Desde su debut en el FC Barcelona, donde comenzaron a forjar su relación en el campo, hasta los obstáculos que enfrentaron para representar a España, su camino no ha sido fácil. En 2019, ninguna de ellas era titular indiscutible en la selección. En 2022, Alexia sufrió una grave lesión que la dejó fuera de la competición. Y en 2023, Patri decidió no participar en el Mundial debido a las condiciones impuestas por la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Sin embargo, el verano de 2025 ha sido un punto de inflexión. La Eurocopa ha permitido que las tres se reencuentren en el campo, mostrando su mejor versión y demostrando que, cuando están juntas, son imbatibles.
Aitana Bonmatí, quien llegó al torneo tras recuperarse de una meningitis vírica, ha ido ganando confianza a medida que avanzaban los partidos. Aunque comenzó como suplente, su desempeño en cuartos y semifinales fue excepcional, llevándose el premio a la Mejor Jugadora (MVP) en ambas ocasiones. Patri Guijarro, por su parte, brilló en el partido contra Italia, mientras que Alexia, con su experiencia y liderazgo, guió al equipo en la fase de grupos, recordando a todos por qué ha sido galardonada con dos Balones de Oro consecutivos.
### La Sinergia Perfecta
La conexión entre Aitana, Patri y Alexia es palpable. A lo largo de casi una década, han desarrollado un entendimiento que les permite anticipar los movimientos de cada una sin necesidad de comunicarse verbalmente. Alexia ha descrito esta relación como una forma de comunicación no verbal, donde los gestos y las miradas son suficientes para coordinar sus acciones en el campo. «Nos entendemos prácticamente sin hablar», afirma, resaltando la importancia de su conexión en el juego.
Cada una de ellas aporta un elemento único al tridente. Patri, la más silenciosa pero fundamental, actúa como el eje del equipo. Su capacidad para leer el juego y anticipar las jugadas permite que Aitana y Alexia se desenvuelvan con libertad. «Es la mejor en su posición en el mundo», ha declarado Montse Tomé, la entrenadora de la selección. Aitana, con su velocidad y creatividad, añade un toque de dinamismo al juego, mientras que Alexia, la veterana del grupo, aporta equilibrio y serenidad, especialmente tras su regreso de una larga lesión. Su liderazgo es crucial para mantener la cohesión del equipo.
La sinergia entre estas tres jugadoras no solo se refleja en su rendimiento individual, sino también en cómo elevan el nivel de juego de sus compañeras. La presencia de Aitana, Patri y Alexia en el centro del campo crea una superioridad que permite a otras jugadoras, como Mariona o Pina, brillar en sus respectivas posiciones. Esta dinámica ha sido clave para el éxito de la selección en la Eurocopa, donde han demostrado que el trabajo en equipo y la confianza mutua son esenciales para alcanzar la victoria.
El impacto de este trío va más allá de los trofeos y los premios individuales. Representan una nueva era en el fútbol femenino, donde la colaboración y la inteligencia táctica son tan importantes como la habilidad técnica. Su historia es un testimonio de cómo el trabajo duro, la dedicación y la pasión pueden superar los obstáculos y llevar a un equipo a la grandeza. En un deporte que ha visto un crecimiento exponencial en los últimos años, Aitana, Patri y Alexia son ejemplos a seguir para futuras generaciones de futbolistas.
La Eurocopa 2025 no solo ha sido una plataforma para mostrar su talento, sino también una oportunidad para que el mundo del fútbol reconozca la importancia del fútbol femenino. A medida que avanzan hacia la final, el trío se convierte en un símbolo de esperanza y determinación, demostrando que, cuando se trabaja en conjunto, se pueden lograr cosas extraordinarias. En un deporte donde la comunicación es clave, su capacidad para entenderse sin palabras es un arte en sí mismo, convirtiendo cada partido en una danza de intuición y habilidad.