El Real Madrid comenzó su andadura en la Euroliga con una derrota en su visita al Virtus Bolonia, un resultado que dejó entrever las dificultades que el equipo deberá superar en esta temporada. El marcador final fue de 74-68, y aunque el equipo mostró destellos de calidad, su falta de puntería desde el perímetro fue un factor decisivo en el desenlace del partido.
### Un comienzo complicado
La primera jornada de la Euroliga no fue como el Real Madrid había planeado. Después de caer en la final de la Supercopa de España ante el Valencia Basket, el equipo se presentó en Bolonia con la intención de comenzar la competición europea con buen pie. Sin embargo, el encuentro reveló un problema persistente: la falta de acierto en los tiros de tres puntos. El equipo solo logró encestar tres de sus veintitrés intentos desde la línea de tres, un porcentaje alarmante que les costó caro en el marcador.
Desde el inicio del partido, el Real Madrid mostró una actitud competitiva, liderado por el croata Mario Hezonja, quien anotó seis puntos consecutivos en los primeros minutos. Sin embargo, a medida que avanzaba el primer cuarto, la falta de acierto en el tiro exterior se hizo evidente. A pesar de que el equipo logró cerrar el primer cuarto con una ventaja de cinco puntos, el segundo cuarto trajo consigo una caída en la efectividad ofensiva. El Virtus Bolonia aprovechó esta situación y, tras un parcial de 7-0, logró tomar la delantera.
El primer tiempo culminó con un marcador de 35-38 a favor de los italianos, y aunque el Real Madrid se mantuvo en la pelea, la presión aumentaba. La falta de triples se convirtió en un lastre, y el equipo se vio obligado a buscar alternativas en su juego. A pesar de ello, el dominio en el rebote y la capacidad de anotar en otras áreas del campo les permitió mantenerse en el partido.
### La lucha por la remontada
El tercer cuarto comenzó con el Real Madrid intentando ajustar su estrategia. Sin embargo, la puntería desde el perímetro seguía siendo un problema. A los 25 minutos de juego, el equipo aún no había logrado encestar un solo triple, acumulando un preocupante 0 de 10 en este aspecto. A pesar de esta adversidad, el equipo se mantuvo en la lucha gracias a su capacidad para dominar el rebote y aprovechar los tiros libres.
Con el paso de los minutos, el Virtus Bolonia comenzó a ampliar su ventaja, impulsado por un rendimiento destacado de Carsen Edwards, quien anotó un 3+1 crucial que llevó la ventaja a diez puntos. Sin embargo, el Real Madrid no se rindió. Con un tiempo muerto solicitado por el entrenador Sergio Scariolo, el equipo buscó reorganizarse y encontrar una forma de volver al partido.
La entrada de Luca Vildoza fue un punto de inflexión. Aunque había jugado menos minutos de los esperados, su presencia en la cancha se sintió de inmediato. Con una defensa sólida y un triple importante, ayudó a mantener al Real Madrid en la pelea. A medida que el cuarto final se acercaba, el equipo comenzó a mostrar signos de vida, con Walter Tavares y Hezonja anotando rápidamente, y un tercer triple de Facundo Campazzo que acercó al equipo a solo dos puntos (70-68) a falta de 56 segundos.
A pesar de la remontada, el Real Madrid no pudo completar la hazaña. El Virtus Bolonia, con una defensa sólida y una gestión efectiva del tiempo, cerró el partido con tiros libres que sellaron su victoria. La falta de puntería desde el perímetro fue un recordatorio de que, a pesar de la calidad del equipo, aún hay áreas que necesitan mejorar si quieren competir al más alto nivel en la Euroliga.
El encuentro no solo puso de manifiesto las debilidades del Real Madrid, sino que también destacó la competitividad de la Euroliga, donde cada partido puede ser decisivo. Con la temporada recién comenzando, el equipo deberá trabajar en su juego exterior y encontrar soluciones para evitar que la falta de acierto les cueste más partidos en el futuro. La presión está sobre el equipo, y la afición espera que puedan revertir esta situación en los próximos encuentros.