El mercado laboral en Catalunya ha experimentado un notable frenazo en su crecimiento durante el tercer trimestre de 2025, un periodo que tradicionalmente se asocia con un aumento en la ocupación debido a la actividad turística y estival. Según la última Encuesta de Población Activa (EPA) publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el número de ocupados en la región creció en apenas 5.900 personas, alcanzando un total de 3,95 millones de trabajadores activos. Esta cifra, aunque positiva en términos absolutos, contrasta drásticamente con los incrementos de años anteriores, donde se registraron aumentos de hasta 70.700 ocupados en el mismo periodo de 2023.
### Un Verano que No Cumple las Expectativas
El tercer trimestre de 2025 ha sido el más flojo en términos de creación de empleo en Catalunya desde 2012, un año marcado por la Gran Recesión. La comparación es alarmante: el año pasado, en el mismo periodo, se generaron 53.500 nuevos empleos, lo que representa casi diez veces más que el crecimiento actual. Este estancamiento plantea interrogantes sobre la salud del mercado laboral catalán y si este enfriamiento es una tendencia temporal o si se trata de un cambio estructural en la economía.
A pesar de este frenazo, la tasa de desempleo se ha mantenido estable en un 8,2%, lo que es dos puntos porcentuales inferior a la media nacional y dos puntos superior a la media europea. Esto se traduce en aproximadamente 352.100 catalanes sin empleo, un aumento de 3.800 personas en comparación con el trimestre anterior. Sin embargo, esta cifra representa el nivel más bajo de desempleo desde 2008, lo que sugiere que, a pesar de la desaceleración en la creación de empleo, el mercado laboral sigue mostrando signos de resiliencia.
### Diferencias Regionales en el Crecimiento del Empleo
El panorama laboral en Catalunya no es homogéneo, ya que se observan diferencias significativas entre las diversas regiones. Las zonas costeras, especialmente en el Levante, han visto un crecimiento en el empleo, impulsado por la intensa actividad turística. Por otro lado, las áreas meseteras han experimentado una disminución en la ocupación. Andalucía, por ejemplo, ha sido un motor de crecimiento, añadiendo 65.500 nuevos empleos, mientras que la Comunidad de Madrid ha sufrido una pérdida de 60.700 ocupados en el mismo periodo.
Este contraste resalta la importancia del turismo y la economía estacional en la creación de empleo en Catalunya. Las regiones que dependen en gran medida de la actividad turística tienden a beneficiarse durante los meses de verano, mientras que las áreas más industrializadas o urbanas pueden enfrentar desafíos en la creación de empleo en estos mismos periodos. La pregunta que surge es cómo pueden las políticas públicas adaptarse para equilibrar estas disparidades y fomentar un crecimiento más uniforme en todo el territorio.
### Perspectivas Futuras y Estrategias de Adaptación
Con el cierre del año a la vista, es crucial que tanto el gobierno como las empresas catalanas evalúen las estrategias necesarias para enfrentar este enfriamiento en la creación de empleo. La diversificación de la economía y la inversión en sectores emergentes podrían ser clave para mitigar los efectos de una posible recesión. Además, fomentar la formación y la capacitación de la fuerza laboral puede ayudar a preparar a los trabajadores para las demandas cambiantes del mercado.
La situación actual también plantea la necesidad de un enfoque más proactivo en la promoción de la innovación y el emprendimiento. Las políticas que apoyen a las pequeñas y medianas empresas (PYMES) y a los emprendedores pueden ser fundamentales para estimular la creación de empleo en sectores menos tradicionales y más resilientes a las fluctuaciones económicas.
En resumen, el mercado laboral en Catalunya se enfrenta a un periodo de incertidumbre, pero también de oportunidades. La capacidad de adaptación y la implementación de políticas efectivas serán determinantes para asegurar un futuro laboral más robusto y sostenible. La colaboración entre el sector público y privado, así como la participación activa de la sociedad civil, será esencial para navegar estos desafíos y aprovechar las oportunidades que surjan en el camino.
