Las Tablas de Daimiel, un emblemático parque nacional en la provincia de Ciudad Real, se encuentran en una situación crítica que ha llevado a las principales organizaciones conservacionistas de España a exigir medidas urgentes. A pesar de las lluvias de primavera que han dado una apariencia engañosa de recuperación, la realidad es que el humedal enfrenta un deterioro alarmante que pone en riesgo su ecosistema y su futuro como espacio protegido.
### La Crítica Situación Ecológica
Desde su declaración como parque nacional en 1973, las Tablas de Daimiel han sido reconocidas por su importancia ecológica y cultural. Sin embargo, las organizaciones como Ecologistas en Acción, SEO/BirdLife y WWF han manifestado su preocupación por el estado actual del parque, que no cumple con los estándares establecidos por la Ley de Parques Nacionales. Esta ley exige que los parques estén poco transformados por la acción humana y que posean un alto valor ecológico.
Los síntomas del deterioro son evidentes: la desaparición de hábitats acuáticos clave, el colapso de las turberas y la alteración de las comunidades de aves acuáticas son solo algunas de las señales de alerta. En 2024, solo 25 hectáreas del humedal estaban inundadas, muy por debajo de las más de 1,700 hectáreas que deberían estar cubiertas de agua de manera permanente. La principal causa de esta degradación es la sobreexplotación del acuífero 23, que es esencial para el régimen hídrico del parque. Sin una intervención estructural, las Tablas de Daimiel podrían perder su integridad ecológica, lo que afectaría no solo a la flora y fauna local, sino también a la identidad cultural de la región.
### Propuestas para la Recuperación
Ante esta situación, las organizaciones ecologistas han propuesto un conjunto de medidas urgentes que consideran imprescindibles para la recuperación del parque. En primer lugar, sugieren una reducción sustancial del regadío en las áreas circundantes, tanto en superficie como en volumen de agua consumida. Esta acción permitiría recuperar los caudales del Alto Guadiana y restablecer los niveles freáticos del acuífero, lo que es vital para la salud del humedal.
Además, se requiere la clausura sistemática de pozos ilegales y extracciones no autorizadas, una responsabilidad que recae en la Confederación Hidrográfica del Guadiana y la Fiscalía General del Estado. La lucha contra el expolio del acuífero es crucial para garantizar que las Tablas de Daimiel reciban el agua que necesitan para sobrevivir.
Por último, las organizaciones han expresado su rechazo a soluciones artificiales y estructuralmente insostenibles, como dragados o trasvases, que no solo son contrarias a la legislación vigente, sino que perpetúan la transformación artificial del ecosistema. En lugar de estas medidas, abogan por un ‘Marco de Actuaciones Prioritarias’ que se base en criterios técnicos, científicos y legales, evitando repetir errores del pasado.
La restauración del parque nacional debe ser abordada desde la raíz, con un enfoque riguroso y una clara voluntad política. Las ONGs han señalado que es fundamental que el Ministerio para la Transición Ecológica y la Junta de Castilla-La Mancha trabajen juntos para implementar políticas que garanticen la viabilidad del parque a largo plazo.
### Un Futuro en Riesgo
Desde 1990, las Tablas de Daimiel figuran en la Lista Montreux del Convenio Ramsar, que incluye sitios con problemas de conservación graves. Más de tres décadas después, las causas que justificaron su inclusión no solo persisten, sino que se han agravado. La falta de adaptación a los efectos del cambio climático y la presión sobre el recurso hídrico amenazan con colapsar el sistema ecológico del parque.
Las organizaciones ecologistas advierten que esta es la última oportunidad para salvar las Tablas de Daimiel. Si no se actúa con decisión, las administraciones tendrán que explicar a la ciudadanía por qué han renunciado a conservar este parque nacional, que podría transformarse en un parque natural devaluado o incluso en un parque temático sin función ecológica real. La situación es crítica, y el tiempo para actuar se agota.