A sus 39 años, Felipe Perrone se encuentra en un momento crucial de su carrera, enfrentándose a su última Final Four de waterpolo con el Zodiac Atlètic Barceloneta (CNAB). Este evento no solo representa una oportunidad para competir por el título europeo, sino también un cierre simbólico a más de dos décadas de dedicación al deporte. Perrone, originario de Río de Janeiro, ha sido un pilar en el waterpolo español, y su historia es un testimonio de perseverancia y pasión por el deporte.
**La Trayectoria de un Campeón**
Desde que se trasladó a España a los 15 años, Felipe ha dejado una huella imborrable en el waterpolo. Su carrera ha estado marcada por logros significativos, incluyendo la participación en múltiples competiciones internacionales y su contribución al crecimiento del waterpolo en Brasil. A lo largo de los años, ha sido un referente para las nuevas generaciones, compartiendo su experiencia y conocimientos con los jugadores más jóvenes del equipo.
El CNAB se prepara para enfrentar al Novi Beograd en un partido que promete ser intenso. Perrone, junto a su compañero Alberto Munárriz, son los únicos jugadores del equipo que vivieron la victoria en la Champions de 2014. La experiencia de Perrone es invaluable, y su liderazgo se siente tanto dentro como fuera de la piscina. «La vida sigue», ha declarado, reflejando su enfoque en el presente y su deseo de dejar un legado duradero en el deporte.
El equipo llega a esta Final Four con una impresionante racha de 45 victorias en 46 partidos de Liga, lo que demuestra su excelente forma. Sin embargo, Perrone es consciente de que los partidos de alto nivel son diferentes y que la presión puede afectar el rendimiento. «La experiencia nos dice que estos partidos son distintos, da igual lo que lleves de antes», comentó, enfatizando la importancia de mantener la calma y la concentración en momentos críticos.
**Un Juego Innovador y Pasión por el Waterpolo**
El estilo de juego del CNAB ha evolucionado bajo la dirección de Perrone y sus compañeros. Con un enfoque innovador que a menudo incluye tácticas poco convencionales, como jugar sin boyas, el equipo ha logrado adaptarse y sobresalir en el competitivo mundo del waterpolo. «Jugamos con mucho ataque. A veces demasiado», admitió Perrone, reflejando la naturaleza arriesgada de su estrategia. Esta audacia ha sido clave para su éxito, y el equipo se presenta en Malta con la confianza de que su estilo de juego les llevará a la victoria.
La pasión por el waterpolo en Malta es palpable, y Perrone se siente emocionado por jugar ante una multitud entusiasta. «Siento algo especial. Es muy especial esta competición y llegar en este momento y en este estado es muy especial para mí», expresó, reconociendo la importancia de este evento en su carrera. La Final Four no solo es una oportunidad para competir, sino también un momento para celebrar su trayectoria y el impacto que ha tenido en el deporte.
Más allá de su papel como jugador, Perrone ha estado involucrado en iniciativas para promover el waterpolo en Brasil, especialmente durante los Juegos Olímpicos de Río. Su compromiso con el deporte va más allá de la piscina, ya que busca inspirar a las nuevas generaciones y transmitir los valores del waterpolo. «No hace falta que me pidan consejos los jóvenes. Yo no me callo. Les voy hablando todo el rato porque realmente es difícil imaginar la tensión que se siente en este momento», comentó, subrayando su deseo de guiar a los más jóvenes en su camino.
A medida que se acerca el partido, la emoción y la presión aumentan. Perrone es consciente de que, aunque este sea su último baile en la Champions, el legado que deja es mucho más grande que cualquier título. «Ganar esta Champions para este club lo es todo. Este club lo merece», concluyó, reafirmando su compromiso con el equipo y su deseo de dejar una marca imborrable en la historia del waterpolo.
La Final Four representa no solo una oportunidad para competir por el título, sino también un momento de reflexión sobre una carrera llena de logros y desafíos. Felipe Perrone se prepara para dar lo mejor de sí en la piscina, con la esperanza de que su último capítulo en la Champions sea tan memorable como su trayectoria ha sido hasta ahora.