La megaciudad The Line, un ambicioso proyecto en Arabia Saudí, se enfrenta a un futuro incierto debido a múltiples problemas logísticos y financieros. Concebida como una solución innovadora para el urbanismo moderno, The Line ha sido objeto de críticas y controversias desde su anuncio. Este artículo explora los desafíos que enfrenta este proyecto faraónico y las implicaciones que tiene para el futuro de la construcción en el país.
### Problemas Logísticos y Financieros
Desde su concepción, The Line ha prometido ser una ciudad sin calles ni coches, diseñada para albergar a millones de personas en un entorno sostenible. Sin embargo, la realidad ha demostrado ser muy diferente. Recientes informes indican que el proyecto ha tenido que recortar su presupuesto y reducir el número de habitantes previstos, lo que ha llevado a un aumento significativo en los costos de construcción. Inicialmente, se esperaba que la primera fase de The Line estuviera terminada para 2030, pero ahora se estima que las obras podrían extenderse hasta 2080, un retraso de 55 años que plantea serias dudas sobre la viabilidad del proyecto.
Uno de los problemas más críticos ha sido la falta de una planta desalinizadora, que es esencial para abastecer las necesidades de agua de una ciudad de tal magnitud. Además, el consumo de acero ha sido desmesurado, lo que ha generado preocupaciones sobre el impacto ambiental y la sostenibilidad del proyecto. La situación se ha vuelto tan complicada que el fondo soberano de Arabia Saudí ha convocado a varias firmas consultoras para evaluar la viabilidad de The Line, especialmente en un contexto de precios petroleros en descenso y una inversión extranjera que no ha cumplido las expectativas.
### Testimonios de Antiguos Empleados
Recientes declaraciones de antiguos empleados del proyecto han arrojado luz sobre la realidad detrás de las paredes de The Line. Según estos testimonios, tanto la velocidad como el costo de la construcción han dejado de ser sostenibles. Las decisiones tomadas por el ministro Mohammed bin Salmán, quien ha impulsado la construcción de una estructura monumental de 500 metros de altura y 200 metros de ancho, han generado dudas técnicas y logísticas que han sido ignoradas sistemáticamente. Los empleados han revelado que cualquier cuestionamiento sobre los plazos y costos era desalentado, incluso castigado, lo que ha llevado a una cultura de desinformación y presión constante.
La magnitud del proyecto es abrumadora. Para construir un solo módulo de 800 metros, se requieren más de cinco millones de metros cúbicos de hormigón y aproximadamente 3,5 millones de toneladas de acero estructural. Esto implica que, para mantener el ritmo de construcción, sería necesario recibir un contenedor de materiales cada ocho segundos, las 24 horas del día, un objetivo que muchos consideran inviable. Esta situación ha llevado a los antiguos empleados a cuestionar si The Line, tal como fue concebida, alguna vez se materializará.
### Inversión Millonaria y Futuro del Proyecto
La inversión en The Line es monumental. Según informes, Arabia Saudí ha desembolsado ya 50.000 millones de dólares, con un costo total previsto que podría alcanzar los 8,8 billones de dólares. Esta cifra es más de 25 veces el presupuesto anual del país y supera con creces las estimaciones iniciales, que situaban el costo de la construcción completa en más de dos billones de dólares. Esta situación ha llevado a Arabia Saudí a replantear sus prioridades presupuestarias y buscar nuevas estrategias para hacer viable el proyecto.
La presión económica y la incertidumbre sobre el futuro del petróleo han llevado a los responsables del proyecto a considerar alternativas, incluyendo la posibilidad de utilizar tecnología robótica para acelerar la construcción. Sin embargo, la viabilidad de estas estrategias aún está por verse, y muchos se preguntan si The Line se convertirá en una realidad o si quedará como un sueño inalcanzable.
En resumen, The Line representa no solo un desafío arquitectónico, sino también un reflejo de las ambiciones y limitaciones de Arabia Saudí en su búsqueda por diversificar su economía y modernizar su infraestructura. A medida que el proyecto avanza, será crucial observar cómo se manejan estos desafíos y si se pueden encontrar soluciones que permitan que esta megaciudad se convierta en una realidad.
