La situación hídrica en Catalunya ha experimentado un notable cambio en los últimos meses, especialmente tras la severa sequía que afectó a la región durante años. La primavera de 2025 trajo consigo lluvias abundantes que elevaron las reservas de agua en los embalses, superando el 80% de su capacidad. Sin embargo, con la llegada del otoño y un verano marcado por altas temperaturas, los niveles de agua han fluctuado, pero se mantienen por encima del umbral crítico de sequía.
**Estado Actual de los Embalses**
A fecha de 28 de octubre de 2025, los embalses de las cuencas internas de Catalunya presentan un nivel de ocupación del 72,77%. Esta cifra, aunque ligeramente inferior al día anterior, es suficiente para mantener a la región fuera de la situación de sequía, cuyo límite se establece en el 60%. Este es un avance significativo, considerando que hace unos meses se superó por primera vez desde marzo de 2022 la marca del 56% de capacidad de los pantanos.
El sistema Ter-Llobregat, que abastece principalmente a las provincias de Barcelona y Girona, incluye cinco embalses principales: Sau, Susqueda, la Baells, la Llosa del Cavall y Sant Ponç. Además, hay otros cuatro pantanos fuera de este sistema que también contribuyen a la gestión del agua en la región. La Agència Catalana de l’Aigua (ACA) es la entidad responsable de monitorear y reportar el estado de estos embalses, proporcionando informes diarios que son cruciales para la planificación y gestión del recurso hídrico.
**Impacto de la Sequía y la Recuperación de Recursos Hídricos**
La sequía que azotó Catalunya en años anteriores tuvo efectos devastadores, llevando al Govern a implementar medidas de emergencia para gestionar el agua. Sin embargo, los datos actuales muestran una recuperación notable. Comparando los niveles de agua de este año con los del año anterior, todos los embalses presentan cifras más favorables. Por ejemplo, durante la primera semana de marzo de 2025, los niveles de agua en los embalses duplicaron los del mismo periodo en 2024, lo que indica una clara tendencia hacia la recuperación.
Este año ha sido particularmente lluvioso, con el periodo de enero a abril registrando las precipitaciones más altas desde que se llevan registros en 1961. Las lluvias continuas permitieron que el 5 de abril se declarara el fin de la sequía, cerrando marzo con los embalses de las cuencas internas llenos en más del 60% de su capacidad. Este cambio en las condiciones climáticas ha sido un alivio para los habitantes de Catalunya, que habían estado lidiando con restricciones de agua y preocupaciones sobre el suministro.
Es importante destacar que, a pesar de la mejora, los niveles actuales de agua aún son inferiores a los que se registraban antes de la sequía. En 2019, por ejemplo, la mayoría de los embalses estaban por encima del 80% de su capacidad, lo que refleja la necesidad de seguir monitoreando y gestionando los recursos hídricos de manera sostenible.
La ACA continúa trabajando en la recopilación de datos y en la implementación de estrategias para asegurar que el agua sea gestionada de manera eficiente. Esto incluye la promoción de la conservación del agua y la educación sobre la importancia de este recurso vital.
A medida que se avanza hacia el invierno, es crucial que la población mantenga una conciencia sobre el uso del agua y las prácticas sostenibles. La colaboración entre el gobierno, las instituciones y la ciudadanía será fundamental para asegurar que Catalunya no vuelva a enfrentar una crisis hídrica en el futuro. La recuperación de los embalses es un paso positivo, pero la gestión responsable del agua debe ser una prioridad constante para todos los catalanes.
