La economía española ha mostrado un notable crecimiento durante el segundo trimestre de 2025, alcanzando un aumento del Producto Interno Bruto (PIB) del 2,8%. Este crecimiento es significativo, ya que duplica la media de la zona euro, que se sitúa en un 1,4%. Este avance ha permitido a España escalar posiciones en el ranking de economías de la Unión Europea, posicionándose como la sexta economía con mayor crecimiento en el continente, un ascenso desde la octava posición que ocupaba al inicio del año.
### Un Mercado Laboral en Expansión
El crecimiento del PIB español no puede entenderse sin considerar la evolución del mercado laboral. Durante el segundo trimestre, el empleo en España creció un 3% interanual, superando el crecimiento del PIB. Este aumento ha llevado a que el número de ocupados en el país supere los 22 millones, una cifra sin precedentes que refleja la solidez del mercado laboral español. Este fenómeno se ha visto impulsado en gran medida por la llegada de migrantes, quienes han contribuido significativamente a la creación de empleo.
A pesar de estos logros, España sigue enfrentando el desafío de tener la tasa de desempleo más alta de la Unión Europea, que se situó en un 10,3% durante el segundo trimestre. En comparación, la media de la UE es de aproximadamente el 6%. Este contraste resalta la complejidad del panorama laboral en España, donde, a pesar de ser el país que más empleo genera, aún enfrenta dificultades en la reducción del desempleo.
La llegada de migrantes ha sido un factor clave en la expansión del mercado laboral. Estos nuevos trabajadores han ocupado puestos en sectores que requieren mano de obra, contribuyendo a la creación de empleo y al crecimiento económico. Sin embargo, la dependencia de la inmigración para sostener el crecimiento del empleo también plantea preguntas sobre la sostenibilidad de este modelo a largo plazo.
### Comparativa con Otras Economías Europeas
En el contexto europeo, España ha logrado mantener un crecimiento constante, incluso cuando otros países han experimentado desaceleraciones. Por ejemplo, Alemania, que históricamente ha sido considerada la locomotora de Europa, ha tenido un desempeño mixto. Aunque ha registrado dos trimestres de crecimiento interanual positivo, la variación intertrimestral muestra una contracción del 0,1%. Esto sugiere que la economía alemana podría estar enfrentando desafíos que podrían afectar a toda la zona euro.
En cuanto a las economías que lideran el crecimiento en la UE, Irlanda se destaca con un crecimiento interanual del 16%, impulsado por un efecto rebote tras un año de contracción. Lituania y Polonia también han mostrado un crecimiento del 3%, mientras que Chipre y Bulgaria han registrado incrementos del 3,3% y 3,1%, respectivamente. Estos datos indican que, aunque España está avanzando en el ranking, aún tiene competencia en el ámbito del crecimiento económico dentro de la Unión Europea.
El panorama económico en el Viejo Continente está dejando señales de enfriamiento, lo que no implica necesariamente una recesión, sino un crecimiento más moderado en comparación con trimestres anteriores. Este enfriamiento podría tener implicaciones para las políticas económicas y fiscales de los países miembros, así como para la estabilidad de la zona euro en su conjunto.
La situación actual de la economía española es un reflejo de la resiliencia y adaptabilidad del país ante los desafíos globales. A medida que se avanza hacia el final de 2025, será crucial observar cómo se desarrollan estos factores y cómo España puede seguir aprovechando su crecimiento económico, al mismo tiempo que aborda los problemas persistentes en su mercado laboral. La combinación de un PIB en crecimiento y un mercado laboral en expansión presenta oportunidades, pero también desafíos que deberán ser gestionados con cuidado para asegurar un futuro económico sostenible y próspero para todos los españoles.