El cambio climático está transformando la realidad de las ciudades en todo el mundo, y un reciente informe ha puesto de manifiesto el alarmante incremento de días con calor extremo. Este estudio, realizado por el Instituto Internacional para el Medio Ambiente y el Desarrollo, revela que las 43 principales ciudades del planeta han experimentado un aumento del 26% en el número de días con temperaturas superiores a 35 °C desde la década de 1990. Madrid, en particular, se destaca como una de las urbes más afectadas, con un promedio de 47 días al año que superan esta temperatura, en comparación con los 25 días de hace tres décadas.
### Un Aumento Preocupante en las Temperaturas Urbanas
El informe detalla que entre 2015 y 2024, las ciudades analizadas acumularon un total de 1.335 días con temperaturas extremas, un notable incremento respecto a los 1.062 días registrados entre 1994 y 2003. Este aumento se vuelve aún más alarmante al comparar los años 1994 y 2024, donde se observa un incremento del 52% en el número de días con temperaturas superiores a 35 °C. Ciudades como Roma y Pekín han visto duplicarse el promedio de días calurosos, mientras que Manila ha triplicado su cifra.
El fenómeno del calentamiento global, impulsado principalmente por la quema de combustibles fósiles, está intensificando la frecuencia y la severidad de las olas de calor. Este cambio no solo afecta la calidad de vida de los habitantes urbanos, sino que también está contribuyendo a un aumento en las muertes relacionadas con el calor extremo. La investigadora Anna Walnycki, del IIED, señala que las temperaturas están aumentando más rápido de lo que los gobiernos habían anticipado, lo que pone en riesgo a millones de personas en las ciudades.
### Impacto en las Comunidades Vulnerables
El impacto del cambio climático no es uniforme; las comunidades más vulnerables son las que más sufren. Walnycki destaca que las personas de bajos ingresos, ya sea en Londres, Luanda o Lima, enfrentan los peores efectos del calor extremo. Esto se debe a la baja calidad de las viviendas y la falta de infraestructura adecuada en muchas de estas áreas. Un tercio de la población urbana mundial vive en barrios marginales o asentamientos informales, lo que agrava aún más la situación.
La falta de adaptación a estas nuevas realidades climáticas condena a millones a vivir en condiciones cada vez más incómodas y peligrosas. Las olas de calor, que antes eran consideradas excepcionales, se han convertido en un fenómeno habitual cada verano. Esto plantea un desafío significativo para los gobiernos y las autoridades locales, que deben encontrar formas efectivas de mitigar estos efectos y proteger a sus ciudadanos.
El informe también subraya que, a pesar de la necesidad urgente de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, estas siguen aumentando. Para cumplir con el objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global a 1.5 °C por encima de los niveles preindustriales, las emisiones deben reducirse en un 45% para 2030. Sin embargo, la realidad actual sugiere que este objetivo es cada vez más difícil de alcanzar.
Las ciudades deben adoptar medidas proactivas para adaptarse a las nuevas condiciones climáticas. Esto incluye la implementación de políticas de urbanismo que consideren el efecto isla de calor, la mejora de la infraestructura verde y la promoción de espacios públicos que ayuden a mitigar el calor. Además, es crucial que se desarrollen programas de concienciación y educación para que los ciudadanos comprendan los riesgos asociados con el calor extremo y cómo pueden protegerse.
El cambio climático es una realidad que ya no puede ser ignorada. Las ciudades del mundo deben actuar con rapidez y determinación para enfrentar este desafío, asegurando que todos sus habitantes, especialmente los más vulnerables, estén protegidos de los efectos devastadores del calor extremo. La adaptación y la mitigación son esenciales para garantizar un futuro sostenible y habitable para las generaciones venideras.