En los últimos años, un fenómeno social ha comenzado a ganar terreno entre las jóvenes: el celibato voluntario. Esta tendencia, que se manifiesta en plataformas como TikTok bajo el hashtag #celibacy, ha acumulado más de 195 millones de visualizaciones, lo que indica un interés creciente en la elección de la abstinencia sexual como una forma de autocuidado y empoderamiento personal. Aloma Martínez, una influencer que ha compartido su experiencia en redes sociales, afirma que su decisión de no mantener relaciones románticas ha sido liberadora y ha mejorado su bienestar emocional. Este cambio de perspectiva sobre la sexualidad y las relaciones se ha visto acompañado por un aumento en la visibilidad de conceptos como la asexualidad y el consentimiento, lo que sugiere que muchas jóvenes están reevaluando sus prioridades y necesidades en el ámbito afectivo.
La decisión de optar por el celibato no siempre responde a motivos religiosos o ideológicos. Para muchas, se trata de una respuesta a experiencias negativas previas, desinterés por el sexo casual o un deseo de salir de dinámicas perjudiciales. Eira Scheper, otra influencer, menciona que ha decidido no perder el tiempo en relaciones que no le aportan nada significativo. Este sentimiento se ha vuelto común entre sus amigas, lo que indica que el celibato voluntario puede ser una respuesta colectiva a las presiones y expectativas sociales que enfrentan las mujeres jóvenes en la actualidad.
### Un cambio en la narrativa de las relaciones
El celibato voluntario se presenta como una alternativa a la cultura de los encuentros casuales, que ha dominado el panorama sexual en las últimas décadas. En lugar de adoptar la mentalidad de «me acuesto con quien quiero porque puedo», muchas jóvenes están eligiendo la opción opuesta: «no me acuesto con nadie para estar mejor». Este cambio de narrativa refleja una búsqueda de autenticidad y bienestar emocional, en contraposición a las dinámicas tóxicas que a menudo se encuentran en las aplicaciones de citas y en las interacciones sociales modernas.
Las estadísticas respaldan esta tendencia. En Estados Unidos, una encuesta reveló que uno de cada tres jóvenes menores de 25 años no había mantenido relaciones sexuales en los últimos tres meses, una cifra que se ha duplicado en comparación con la década anterior. En Francia, el porcentaje de jóvenes que no han tenido relaciones sexuales en un año ha aumentado del 5% en 2006 al 28% en 2023. Este aumento en el celibato voluntario coincide con un interés creciente en temas de salud mental y bienestar, lo que sugiere que las jóvenes están priorizando su salud emocional sobre las expectativas sociales tradicionales.
Sin embargo, este fenómeno no está exento de críticas. Expertas en psicología y sexualidad advierten que el celibato voluntario podría ser un retroceso disfrazado de empoderamiento. La psicóloga Cristina Brull plantea que es importante investigar las motivaciones detrás de esta elección. En un contexto donde los valores tradicionales están resurgiendo, es crucial cuestionar si esta dinámica realmente beneficia a las mujeres o si, por el contrario, perpetúa una visión limitada de la sexualidad femenina.
### La influencia de la cultura digital
El entorno digital también juega un papel fundamental en la decisión de muchas jóvenes de optar por el celibato. Las aplicaciones de citas, que prometen conexiones rápidas y fáciles, a menudo están plagadas de dinámicas tóxicas como el ghosting, el acoso y la competencia por la atención. Para algunas, alejarse de este entorno se convierte en un acto de sanación. La terapeuta Meg-John Barker explica que el celibato puede ser tanto una decisión consciente como un deslizamiento hacia la abstinencia, y lo importante es reflexionar sobre lo que cada persona busca en sus relaciones.
Jana, una joven de 22 años, comparte que su decisión de mantener el celibato surgió tras una etapa confusa en la que las relaciones que tenía no le aportaban nada. Para ella, este periodo de pausa ha sido crucial para sanar y repensar cómo desea vivir su sexualidad. Este enfoque introspectivo y flexible es característico de muchas jóvenes que eligen el celibato voluntario, ya que no lo ven como una imposición, sino como una experiencia personal que les permite enfocarse en sí mismas y en sus intereses.
El celibato voluntario no es un fenómeno homogéneo; puede ser una respuesta al trauma, una decisión política o simplemente una etapa personal. Ona, de 23 años, señala que su elección de estar en «pausa» plantea preguntas sobre por qué tantas jóvenes sienten la necesidad de apartarse para estar bien. Esta reflexión invita a imaginar nuevas formas de relacionarse que no exijan renunciar a la intimidad para mantener un equilibrio emocional.
A medida que el celibato voluntario continúa ganando visibilidad y aceptación, se abre un espacio para el diálogo sobre la sexualidad femenina y las relaciones en el contexto contemporáneo. Las jóvenes están desafiando las normas tradicionales y buscando formas de empoderarse a través de la elección consciente de su vida sexual, lo que podría marcar el inicio de una nueva era en la forma en que se perciben y viven las relaciones en la sociedad actual.