En Catalunya, la situación educativa en los centros de alta complejidad se ha convertido en un tema de creciente preocupación. Con 240 centros clasificados como de máxima complejidad y 490 de alta complejidad, que representan aproximadamente el 24% del total, la necesidad de abordar los desafíos que enfrentan estos centros es urgente. Estos lugares suelen acoger a un gran número de alumnos con necesidades sociales y dificultades de aprendizaje, lo que a menudo se traduce en bajos resultados académicos y altos niveles de abandono escolar. La pobreza infantil, que afecta ya al 35% de los menores de 16 años en Catalunya, agrava aún más esta situación.
La Fundació Bofill ha llevado a cabo un estudio que incluye una encuesta a 852 docentes y 68 entrevistas en profundidad, con el objetivo de recoger la voz del profesorado en estos centros. Los resultados revelan una alarmante inestabilidad en el personal docente, con un 53% del claustro cambiado en los últimos cinco años. Esta rotación no solo afecta la continuidad educativa, sino que también impacta negativamente en el bienestar de los alumnos, quienes requieren vínculos estables y profesionales de referencia.
### La Inestabilidad Docente y sus Consecuencias
La elevada inestabilidad en los claustros de los centros de máxima complejidad es un factor crítico que contribuye a la dificultad de mejorar los resultados educativos. La falta de continuidad en el personal docente impide que se establezcan relaciones sólidas entre los educadores y los estudiantes, lo que es especialmente perjudicial para aquellos que provienen de contextos vulnerables. Según Antoni Verger, director del equipo de investigación de la Universitat Autònoma de Barcelona, esta movilidad perjudica a los alumnos que más necesitan apoyo y estabilidad.
El informe también destaca que los docentes de centros de alta complejidad sienten una presión significativamente mayor en comparación con sus colegas en centros de baja complejidad. Un 46,5% de los docentes en centros complejos reportan sentir esta presión, en contraste con el 35,5% en centros menos complejos. Esta presión puede llevar a un agotamiento profesional que dificulta aún más la capacidad de los docentes para implementar programas de mejora educativa.
Además, los docentes en estos centros a menudo carecen del tiempo necesario para colaborar y compartir experiencias con sus colegas, lo que limita las oportunidades de desarrollo profesional y la implementación de prácticas pedagógicas innovadoras. La falta de recursos y apoyo administrativo también se menciona como un obstáculo significativo para la mejora de los resultados educativos.
### Propuestas para Mejorar la Educación en Centros Vulnerables
Ante esta situación, la Fundació Bofill ha presentado un conjunto de propuestas destinadas a mejorar las condiciones en los centros de alta complejidad. Una de las principales recomendaciones es la necesidad de incrementar los recursos y la dotación de profesionales, tanto docentes como no docentes, en estos centros. Esto incluye la incorporación de psicólogos, pedagogos y educadores sociales que puedan ofrecer un apoyo integral a los alumnos.
Otra propuesta clave es la reducción de la carga lectiva del profesorado en estos centros, permitiendo que dispongan de más tiempo para la preparación de actividades y la coordinación con otros profesionales. Esta medida podría facilitar la implementación de programas educativos más personalizados y adaptados a las necesidades de los alumnos.
Además, se sugiere fomentar la participación activa de los centros más vulnerables en redes de intercambio de experiencias, lo que podría contribuir a una respuesta comunitaria más efectiva a los retos educativos. La mejora de la coordinación con otras escuelas y agentes educativos también se plantea como una estrategia para abordar las dificultades que enfrentan estos centros.
Por último, se destaca la importancia de un apoyo administrativo adecuado, que permita a los equipos directivos y docentes centrarse en la enseñanza y el bienestar de los alumnos, en lugar de verse abrumados por tareas de gestión. La implementación de mecanismos de diagnóstico más precisos para asignar recursos según las necesidades educativas específicas de cada centro es otra de las recomendaciones que se presentan.
La situación educativa en Catalunya, especialmente en los centros de alta complejidad, requiere una atención urgente y un enfoque integral que contemple tanto la estabilidad del personal docente como el apoyo necesario para los alumnos. Las propuestas presentadas por la Fundació Bofill ofrecen un camino hacia la mejora, pero su implementación dependerá de la voluntad política y de la colaboración entre todos los actores involucrados en el sistema educativo.