La interconexión eléctrica entre España y Francia ha sido un tema de debate durante años, especialmente tras el apagón que afectó a la península Ibérica el 28 de abril. Este incidente ha reavivado la discusión sobre la necesidad de mejorar las conexiones eléctricas entre ambos países, un proyecto que ha enfrentado múltiples obstáculos y que ahora se encuentra en una encrucijada crucial. Recientemente, se firmó un acuerdo para destinar 1.600 millones de euros del Banco Europeo de Inversiones (BEI) a la construcción de una nueva línea submarina en el golfo de Vizcaya, que se espera esté operativa en 2028. Sin embargo, las reticencias de Francia sobre los costos y la necesidad de reforzar sus propias redes internas plantean interrogantes sobre el futuro de esta interconexión.
La ministra española para la Transición Ecológica, Sara Aagesen, y su homóloga portuguesa, Marioa de Graça Carvalho, han instado a Francia a establecer plazos concretos y compromisos vinculantes para avanzar en este proyecto. En una carta enviada a las autoridades francesas, ambas ministras enfatizaron la importancia de trabajar en conjunto para diagnosticar las causas del apagón de abril y evitar que se repita en el futuro. La falta de respuesta a esta misiva ha generado preocupación en la península Ibérica, donde se percibe una creciente presión para que se tomen decisiones rápidas y efectivas.
El ministro francés de Energía, Marc Ferracci, abordará este tema en el próximo Consejo de Ministros europeos en Luxemburgo. Sin embargo, ya ha indicado que no está claro si la interconexión eléctrica mejoraría la respuesta ante un apagón. A pesar de esto, Francia no se opone al proyecto, pero ha dejado claro que cualquier avance requerirá una reflexión sobre el reparto equitativo de los costos y esfuerzos entre los países involucrados.
### La Nueva Línea Submarina: Un Paso Hacia la Integración Energética
La nueva línea submarina que se construirá en el golfo de Vizcaya representa un avance significativo en la interconexión eléctrica entre España y Francia. Esta será la primera interconexión submarina entre ambos países y se espera que aumente la capacidad de intercambio de electricidad, que actualmente se sitúa en 2.800 megavatios (MW) y debería alcanzar los 5.000 MW para 2028. Sin embargo, este aumento de capacidad aún representa solo el 5% de la generación instalada en España, muy por debajo del objetivo del 10% que la Unión Europea había fijado para 2020, y que debería incrementarse al 15% para 2030.
La presidenta del BEI, Nadia Calviño, destacó en la ceremonia de firma que el apoyo financiero del banco es fundamental para que la península Ibérica deje de ser una «isla energética». Este proyecto no solo busca mejorar la seguridad energética de España y Portugal, sino que también tiene implicaciones para el mercado energético europeo en su conjunto. La interconexión eléctrica es vista como un paso necesario para alcanzar los objetivos climáticos y de sostenibilidad de la Unión Europea, que requieren una mayor integración de las energías renovables y una reducción de la dependencia de fuentes de energía no renovables.
Sin embargo, la implementación de esta línea submarina no está exenta de desafíos. Francia ha expresado su preocupación por los costos asociados con el refuerzo de sus redes internas, lo que podría complicar la viabilidad del proyecto. Desde París, se argumenta que cualquier avance en la interconexión eléctrica debe ser acompañado de un análisis exhaustivo sobre cómo se distribuirán las cargas y responsabilidades entre los países implicados. Esto es especialmente relevante dado que la infraestructura energética en Europa es diversa y cada país tiene sus propias necesidades y capacidades.
### La Presión de Portugal y España
La presión ejercida por Portugal y España sobre Francia para que se comprometa con plazos claros y acciones concretas es un reflejo de la urgencia que sienten ambos países ante la necesidad de mejorar su infraestructura eléctrica. La falta de interconexiones adecuadas ha sido un obstáculo para el desarrollo de un mercado energético más integrado en Europa, lo que ha llevado a situaciones críticas como el apagón de abril. La interconexión eléctrica no solo es vital para la seguridad energética, sino que también es esencial para facilitar el comercio de electricidad entre los países europeos y para cumplir con los objetivos climáticos establecidos por la Unión Europea.
A medida que se avanza en la construcción de la nueva línea submarina, es crucial que los países involucrados mantengan un diálogo abierto y constructivo. La transparencia en la compartición de datos y la colaboración entre los operadores de energía de España, Portugal y Francia serán fundamentales para garantizar que se aborden adecuadamente los desafíos técnicos y financieros que puedan surgir. La interconexión eléctrica entre España y Francia no solo es un proyecto de infraestructura, sino un paso hacia un futuro energético más sostenible y resiliente en Europa.