La pretemporada del equipo femenino del FC Barcelona se desarrolla en un ambiente de incertidumbre y preocupación. La Ciudad Deportiva se ha convertido en el escenario de un malestar palpable entre jugadoras y directivos, que se intensifica por la gestión de la estructura del fútbol femenino en el club. Este clima de inquietud no es nuevo; el año pasado ya se había manifestado una sensación de «fin de ciclo» que ahora se ha visto agravada por la situación financiera del equipo.
La necesidad de equilibrar las cuentas es uno de los principales factores que alimentan esta preocupación. Fuentes cercanas al club han revelado que el equipo femenino necesita cerca de un millón de euros para lograr un balance financiero positivo. Esto implica la necesidad de reducir la masa salarial y llevar a cabo algunas ventas. Aunque se han realizado movimientos en el mercado de fichajes, como la salida de Ingrid Engen al Olympique de Lyon y la rescisión de contratos de Ellie Roebuck y Fridolina Rolfö, estos esfuerzos aún no son suficientes para cubrir el déficit. Se estima que el club deberá gestionar al menos un par de salidas más para alcanzar sus objetivos financieros.
La situación se complica aún más al considerar que el equipo femenino, que anteriormente era autosuficiente con un presupuesto cercano a los 15 millones de euros, ahora debe rendir cuentas en el marco del fairplay financiero que afecta a toda la entidad. A diferencia de otras secciones, como el baloncesto o el balonmano, el fútbol femenino no puede permitirse un balance negativo, lo que añade presión a la gestión del equipo.
**Retos en la Retención de Talento**
La plantilla actual del Barça femenino cuenta con 18 jugadoras, de las cuales nueve finalizarán su contrato en 2026. Entre ellas se encuentran figuras clave como Mapi León, Salma Paralluelo y Alexia Putellas. Las renovaciones de estos contratos se presentan como un desafío, dado el escaso margen de maniobra que ofrece la situación económica del club. La creciente diferencia salarial con otros equipos de élite en el fútbol femenino hace que la retención de talento se convierta en una tarea cada vez más complicada.
Además, el filial del Barça femenino también enfrenta dificultades. Las jóvenes promesas están siendo atraídas por ligas con mayores recursos y oportunidades. Este verano, el Barça B ha visto salir a varias jugadoras, como Judit Pujols, quien se unió al VfL Wolfsburgo, y Ona Baradad, que fichó por el Espanyol. La fuga de talento del filial es una preocupación adicional, ya que el equipo cuenta con menos de diez fichas y dependerá de futbolistas del juvenil y de otras categorías inferiores para completar su plantilla.
La pérdida de figuras clave en la dirección del club, como Markel Zubizarreta, ha dejado un vacío que se siente en la estructura del fútbol femenino. Las injerencias de la directiva en la toma de decisiones han sido señaladas como un factor que ha contribuido a la desestabilización del equipo. La falta de una dirección clara y la incertidumbre sobre el futuro del club han generado un clima de desconfianza que afecta tanto a jugadoras como a entrenadores.
**El Futuro del Fútbol Femenino en el Barça**
A medida que se acerca el inicio de la temporada, la presión sobre el FC Barcelona femenino aumenta. La necesidad de equilibrar las cuentas y retener a sus mejores jugadoras se ha convertido en una operación crítica. La situación actual plantea interrogantes sobre la capacidad del club para competir al más alto nivel en el fútbol femenino, especialmente en un entorno donde otras ligas están invirtiendo fuertemente en sus equipos.
La gestión de la cantera y la capacidad de atraer y desarrollar talento local se presentan como elementos clave para el futuro del Barça femenino. La historia reciente del club ha demostrado que la inversión en el fútbol femenino puede dar frutos, pero la actual crisis financiera pone en riesgo esos logros. La presión por mantener un equipo competitivo en la élite del fútbol femenino es más intensa que nunca, y la dirección del club deberá encontrar soluciones innovadoras para enfrentar estos desafíos.
El futuro del fútbol femenino en el FC Barcelona depende de la capacidad de la directiva para gestionar eficazmente los recursos, retener el talento y crear un entorno donde las jugadoras puedan desarrollarse y brillar. La historia del club está en juego, y la afición espera que se tomen decisiones acertadas para asegurar un futuro brillante para el equipo femenino.