La gestión de las obras hidráulicas en la Comunitat Valenciana ha sido un tema recurrente en las memorias de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ). A pesar de que el Plan Hidrológico del Júcar, que abarca el periodo de 2022 a 2027, establece un marco claro para la ejecución de diversas obras, la realidad muestra una ejecución muy por debajo de lo esperado. Este artículo examina las cifras y las implicaciones de esta situación, así como las responsabilidades de las distintas administraciones involucradas.
La ejecución de las obras hidráulicas en cuencas y barrancos de la Comunitat Valenciana es una de las grandes tareas pendientes del Gobierno central, así como de la Generalitat. La CHJ ha documentado año tras año los retrasos en la ejecución de las obras necesarias para la protección de la población frente a inundaciones. En su última memoria, correspondiente al ejercicio 2023, se evidencian las deficiencias en la ejecución de las obras previstas, que incluyen encauzamientos, diques y otras infraestructuras críticas.
### Inversión y Ejecución: Un Desbalance Alarmante
El Plan Hidrológico del Júcar contempla una serie de medidas para mitigar el impacto de las «avenidas de aguas», que son un fenómeno recurrente en la región. En este contexto, el Ministerio de Transición Ecológica había reservado un total de 336,9 millones de euros para llevar a cabo encauzamientos y otras obras de infraestructura. Sin embargo, el informe de la CHJ revela que apenas se ejecutó el 1,91% de esta cantidad, lo que equivale a solo 7 millones de euros. Esta cifra es alarmante, especialmente considerando la importancia de estas obras para la seguridad de la población.
Además, otras partidas presupuestarias destinadas a la regulación de cauces mediante la construcción o modificación de presas también se quedaron sin ejecutar. De los 71 millones de euros previstos para este fin, solo se gastó el 0,23%, es decir, menos de 160.000 euros. Este bajo ritmo de ejecución pone de manifiesto la falta de acción efectiva por parte de las autoridades competentes, lo que podría tener graves consecuencias en caso de nuevas inundaciones.
El informe de la CHJ también señala que, a pesar de que algunas obras están más avanzadas que otras, muchas de ellas ni siquiera han comenzado. Por ejemplo, las intervenciones dirigidas a mejorar el drenaje de infraestructuras lineales, como carreteras y líneas de ferrocarril, no han tenido ningún avance, a pesar de que se habían reservado 750.000 euros para ello.
### Responsabilidades de la Generalitat y el Gobierno Central
La situación no es diferente en el ámbito de la Generalitat Valenciana, que también tiene la responsabilidad de ejecutar obras hidráulicas en la región. La administración autonómica ha planificado una serie de proyectos de encauzamientos y drenajes en núcleos urbanos, pero hasta la fecha, ninguna de estas obras ha comenzado. Las inversiones previstas oscilan entre 319.000 euros y casi 14 millones, pero el grado de ejecución se mantiene en cero.
El año 2023 fue un año electoral en la Comunitat Valenciana, lo que complicó aún más la gestión de estas obras. Durante el primer semestre, el gobierno estaba liderado por el PSPV, Compromís y Podemos, mientras que a partir de julio, el control pasó a manos del PP y Vox. Este cambio de administración podría haber influido en la falta de avance en las obras, ya que la nueva gestión asumió responsabilidades sin haber podido planificar adecuadamente.
Particularmente, siete de las diez intervenciones que estaban a cargo de la Generalitat afectan a la cuenca de L’Albufera, en municipios como Alcàsser, Alginet y Almusafes, con un montante total de alrededor de 35 millones de euros. Sin embargo, la CHJ ha destacado que no ha habido ningún avance en estas obras, lo que refleja un incumplimiento de la programación prevista.
La falta de ejecución de estas obras no solo representa un problema administrativo, sino que también pone en riesgo la seguridad de los ciudadanos. Las inundaciones son un fenómeno recurrente en la región, y la falta de infraestructura adecuada puede tener consecuencias devastadoras. La situación actual exige una revisión urgente de las políticas de inversión y ejecución de obras hidráulicas, así como una mayor colaboración entre las distintas administraciones para garantizar la seguridad de la población.
En resumen, la ejecución de las obras hidráulicas en la Comunitat Valenciana presenta un panorama desalentador. A pesar de las inversiones previstas, la realidad muestra un grado de ejecución alarmantemente bajo, lo que plantea serias preguntas sobre la capacidad de las administraciones para gestionar adecuadamente los recursos y proteger a la población de futuros desastres naturales.