La situación en la Franja de Gaza se ha vuelto crítica, con niveles de hambruna que han alcanzado cifras alarmantes. En medio de este contexto, el Ejército israelí ha decidido implementar pausas humanitarias diarias en tres áreas específicas del enclave palestino, permitiendo así el tránsito de camiones con ayuda humanitaria desde Egipto. Esta medida llega tras una intensa presión internacional y un creciente clamor por parte de organizaciones no gubernamentales y de la ONU, que han denunciado la gravedad de la crisis alimentaria que afecta a la población gazatí.
**Pausas Humanitarias y Rutas Seguras**
Desde el 27 de julio de 2025, se han establecido pausas diarias en la actividad militar israelí, que se llevarán a cabo de 10:00 a 20:00 horas (hora local). Durante este tiempo, se permitirá la distribución de ayuda humanitaria en las zonas de Gaza donde no hay presencia militar activa. Las áreas designadas incluyen la ciudad de Gaza, Deir el Balah y Al Mawasi, donde se han habilitado rutas seguras para facilitar el tránsito de los convoyes de ayuda.
El anuncio del Ejército israelí destaca que estas decisiones se han tomado en coordinación con la ONU y otras organizaciones internacionales, lo que refleja un intento de mitigar la crisis humanitaria que ha cobrado la vida de más de 127 palestinos, muchos de ellos niños. Sin embargo, la implementación de estas pausas no es total, ya que las operaciones militares continuarán en otras partes de Gaza, lo que genera preocupación sobre la efectividad de estas medidas para aliviar el sufrimiento de la población.
A pesar de las pausas, el Ejército israelí también ha reanudado el lanzamiento aéreo de ayuda humanitaria, una práctica que ha sido criticada por su ineficacia y los riesgos que conlleva. La ayuda lanzada desde el aire es significativamente menor en comparación con la que se puede distribuir a través de convoyes terrestres, y existe el peligro de que las personas que intentan recogerla resulten heridas o incluso muertas.
**Desafíos en la Distribución de Ayuda**
La situación en Gaza es desesperada. Desde el inicio del conflicto el 7 de octubre de 2023, se han registrado 127 muertes por inanición, de las cuales 85 eran niños. La ONU ha advertido que un tercio de la población gazatí pasa días sin comer, lo que subraya la urgencia de una respuesta humanitaria efectiva. Sin embargo, las agencias de la ONU han enfrentado múltiples obstáculos en su intento de distribuir la ayuda. Representantes de estas organizaciones han denunciado que Israel no les proporciona los permisos necesarios ni garantiza su seguridad en las rutas de distribución.
El ministerio de Asuntos Exteriores israelí ha rechazado las acusaciones de que existe una hambruna deliberada, argumentando que las afirmaciones son parte de una campaña de propaganda por parte de Hamás. No obstante, la realidad en el terreno es innegable: la población de Gaza enfrenta una crisis humanitaria sin precedentes, y las medidas adoptadas hasta ahora parecen insuficientes para abordar la magnitud del problema.
A medida que los camiones de ayuda comienzan a cruzar desde Egipto hacia Gaza, se espera que estos convoyes transporten no solo alimentos, sino también suministros esenciales como harina y materiales para la infraestructura, que son vitales para la supervivencia de la población. Sin embargo, muchos gazatíes sienten que estas medidas llegan demasiado tarde, y la desesperación se apodera de un pueblo que ha soportado años de conflicto y bloqueo.
La reactivación de la electricidad en la planta desalinizadora del sur de Gaza, que puede abastecer a aproximadamente 900,000 residentes, es un paso positivo, pero aún queda mucho por hacer. La comunidad internacional observa con preocupación cómo se desarrolla esta crisis, y la presión sobre Israel para que permita un acceso humanitario sin restricciones continúa creciendo.
La situación en Gaza es un recordatorio de la fragilidad de la paz en la región y de la necesidad urgente de soluciones sostenibles que aborden no solo la crisis humanitaria, sino también las causas subyacentes del conflicto. La comunidad internacional debe actuar con rapidez y determinación para garantizar que la ayuda llegue a quienes más la necesitan, y que se establezcan condiciones que permitan a la población gazatí reconstruir sus vidas en un entorno seguro y estable.