La situación en Israel se ha vuelto cada vez más tensa, especialmente entre la comunidad ultraortodoxa, que ha comenzado a manifestarse en contra del reclutamiento militar. Recientemente, dos facciones del partido Judaísmo Unido de la Torá (JUT) han decidido abandonar la coalición del primer ministro Binyamín Netanyahu. Esta decisión se produce tras la negativa del gobierno a impulsar un proyecto de ley que eximiera a los estudiantes de las yeshivas, las escuelas religiosas judías, de servir en el Ejército. La presión sobre Netanyahu se intensifica, especialmente después de que tres soldados israelíes murieran en combates en Gaza y otro se suicidara en una base militar, elevando la preocupación sobre la salud mental de los reclutas en medio de un conflicto prolongado.
La comunidad ultraortodoxa, que representa un sector demográfico significativo en Israel, ha estado en el centro de un debate sobre el servicio militar obligatorio. A diferencia de otros grupos sociales, los ultraortodoxos han estado exentos de esta obligación durante los últimos 77 años, lo que ha generado un resentimiento creciente entre la población en general. La Corte Suprema de Israel dictó el año pasado que era hora de que los jóvenes ultraortodoxos se unieran al servicio militar, pero la implementación de esta decisión ha sido lenta y ha provocado protestas masivas.
### La Resistencia de los Ultraortodoxos
El JUT, que se compone de dos partidos principales, Agudat Yisrael y Degel HaTorah, ha sido un socio clave en la coalición más derechista de la historia de Israel, liderada por Netanyahu. Sin embargo, con solo siete escaños en la Knéset, el parlamento israelí, el JUT no tiene el poder suficiente para derrocar al gobierno por sí solo. La coalición actual cuenta con 68 de los 120 escaños, lo que le otorga una mayoría, aunque frágil.
La situación se complica aún más con la incertidumbre sobre el futuro del partido Shas, otro grupo ultraortodoxo que representa a los sefardíes. Aunque se rumorea que Shas podría abandonar el gobierno, los líderes de ambos partidos han expresado que no están interesados en derrocar la coalición en este momento. Esto le da a Netanyahu un respiro temporal, ya que el próximo receso de la Knéset, que comienza el 27 de julio, podría ofrecerle la oportunidad de negociar un acuerdo.
Sin embargo, la presión sobre el primer ministro no cesa. La reciente muerte de tres soldados en Gaza ha elevado el número total de bajas de reclutas israelíes a 454, sin contar los suicidios, que han aumentado drásticamente desde el inicio del conflicto. La salud mental de los soldados se ha convertido en un tema crítico, con un número alarmante de suicidios en las filas del ejército.
### La Escalación del Conflicto en Gaza
Mientras tanto, la situación en la Franja de Gaza sigue siendo devastadora. Los ataques israelíes han continuado sin tregua, y el ministerio de Sanidad palestino ha reportado que al menos 117 gazatíes han sido asesinados en un solo día, con más de 500 heridos. La brutalidad del conflicto ha llevado a una crisis humanitaria sin precedentes, con miles de palestinos perdiendo la vida desde el inicio de las hostilidades en octubre de 2023.
La comunidad internacional ha estado observando con preocupación cómo la guerra ha afectado a la población civil en Gaza. Los ataques han golpeado a solicitantes de ayuda, y la escasez de alimentos, agua y suministros médicos se ha vuelto crítica. La restricción de Israel sobre la entrada de estos recursos ha exacerbado la crisis humanitaria, dejando a miles de personas en condiciones desesperadas.
Además, Netanyahu ha estado en el centro de una controversia tras las acusaciones de que ha prolongado deliberadamente la guerra en Gaza para fortalecer su posición política. Se le ha acusado de rechazar acuerdos de tregua que podrían haber salvado vidas y de frustrar esfuerzos para normalizar las relaciones con otros países, como Arabia Saudí. Estas acciones han sido vistas como un intento de consolidar su poder interno en un momento de creciente presión externa.
La situación en Israel y Gaza es un reflejo de las complejidades políticas y sociales que enfrenta la región. La resistencia de la comunidad ultraortodoxa al reclutamiento militar, combinada con la escalada del conflicto en Gaza, plantea preguntas difíciles sobre el futuro de la política israelí y la estabilidad en la región. A medida que las tensiones continúan, el mundo observa con la esperanza de que se encuentre una solución pacífica a este prolongado conflicto.