La reciente revelación del caso Leire Díez ha sacudido los cimientos del Gobierno español, generando un clima de tensión entre los socios de la coalición. Este escándalo ha llevado a los partidos que apoyan al Ejecutivo a exigir explicaciones al PSOE, aunque, por el momento, mantienen su respaldo al presidente Pedro Sánchez. La situación plantea interrogantes sobre la estabilidad del Gobierno y la capacidad de sus socios para gestionar la crisis sin comprometer su apoyo parlamentario.
### La Reacción de los Socios del Gobierno
El caso Leire Díez, que involucra a la exdirectiva de empresas públicas y exmilitante del PSOE, ha obligado a los partidos del bloque de investidura a tomar una postura más activa. A pesar de que inicialmente Sumar, el socio minoritario del Gobierno, optó por el silencio, la presión ha aumentado y su vicepresidenta, Yolanda Díaz, ha demandado al PSOE que ofrezca explicaciones claras sobre el asunto. Esta situación ha llevado a Sumar a endurecer su tono, recordando las medidas anticorrupción que habían presentado anteriormente, las cuales parecen haber caído en el olvido.
El equilibrio es delicado para Sumar, que intenta distanciarse del desgaste que podría acarrear el caso, mientras al mismo tiempo evita que la situación afecte la estabilidad del Gobierno. Aunque aún no han decidido si apoyarán la comparecencia de Sánchez en el Congreso, las últimas declaraciones de Díaz sugieren que están inclinándose hacia el sí, lo que podría intensificar la presión sobre el presidente.
Por otro lado, ERC y Podemos han adoptado una postura más contundente. Ambos partidos han denunciado el uso de prácticas antidemocráticas y corruptas en los cuerpos policiales, y han exigido al Gobierno que explique su inacción ante estas situaciones. A pesar de su crítica, ERC ha matizado que, al menos por ahora, no retirarán su apoyo al Gobierno, lo que refleja una estrategia calculada para no desestabilizar la coalición en un momento crítico.
### La Estrategia de Podemos y ERC
Podemos, liderado por Ione Belarra, ha intensificado su ofensiva contra el Gobierno, acusando a Sánchez de no actuar con la contundencia necesaria ante el caso Leire Díez. La formación morada ha señalado que las conexiones de Díez con el Ejecutivo son evidentes y ha exigido explicaciones exhaustivas. La crítica de Podemos se ha centrado en la falta de transparencia y en el tiempo que ha tardado el presidente en abordar el asunto, lo que ha llevado a la formación a posicionarse en una oposición frontal al Gobierno.
ERC, por su parte, ha manifestado su intención de apoyar la petición del PP para que Sánchez comparezca en el Congreso. La formación republicana ha dejado claro que no se quedarán de brazos cruzados ante lo que consideran un uso indebido de las instituciones y un ataque a la democracia. A pesar de su firmeza, también han indicado que no están dispuestos a retirar su apoyo al Gobierno, al menos en esta fase, lo que sugiere una estrategia de presión más que de ruptura.
La situación se complica aún más con la aparición de audios que involucran a Leire Díez, donde se escucha su interés por obtener información que podría perjudicar a miembros de la UCO. Este tipo de revelaciones ha encendido aún más la indignación entre los partidos de izquierda, que han sido víctimas de lo que ellos denominan «cloacas del Estado» durante gobiernos anteriores. La indignación es palpable, y las exigencias de rendición de cuentas se han intensificado, lo que podría llevar a un clima de mayor confrontación en el Congreso.
Mientras tanto, otros partidos como el PNV y EH Bildu han mantenido un perfil bajo, aunque han expresado la necesidad de que el Gobierno y el PSOE ofrezcan explicaciones. La portavoz del PNV ha subrayado la importancia de la transparencia y el juego limpio, aunque han descartado apoyar una moción de censura en este momento, lo que indica que aún no ven la situación como crítica al nivel de exigir un cambio de Gobierno.
En este contexto, la crisis del caso Leire Díez no solo pone a prueba la capacidad del Gobierno para manejar situaciones de crisis, sino que también revela las tensiones internas y las dinámicas de poder entre los partidos que lo sustentan. La presión sobre Sánchez está aumentando, y la forma en que maneje esta situación podría tener repercusiones significativas en la estabilidad de su Gobierno y en la relación con sus socios de coalición. La política española se encuentra en un momento decisivo, y el desenlace de este caso podría marcar un antes y un después en la legislatura actual.