Afganistán ha entrado en una nueva era de aislamiento digital tras un apagón total de internet y restricciones severas en las comunicaciones telefónicas. Este drástico cambio se produjo el martes, cuando los talibanes cortaron la fibra óptica en varias regiones del país, lo que ha llevado a una caída masiva de la conectividad, según informes de observatorios de internet como NetBlocks. Esta situación no solo afecta a la población local, sino que también ha interrumpido las operaciones de agencias internacionales y organizaciones que trabajan en el país.
### La Realidad del Apagón
El apagón de internet ha sido confirmado por Proton VPN, que ha indicado que el acceso a internet ha sido completamente bloqueado. Este corte se produce semanas después de que los talibanes prohibieran el acceso a internet por fibra óptica en el norte del país, justificando su decisión con el argumento de prevenir «actividades inmorales». Esta es la primera vez que se limita de tal manera la infraestructura de red en Afganistán desde que los talibanes tomaron el poder en 2021.
La interrupción de internet ha tenido un impacto devastador en la vida diaria de los afganos, que dependen de la conectividad para acceder a información, educación y oportunidades laborales. La falta de acceso a internet también ha afectado a las comunicaciones con la diáspora afgana, que ahora se encuentra aislada de sus familiares y amigos en el país. Organizaciones como Nai in Exile han calificado el apagón como una «gran traición», argumentando que es parte de los esfuerzos de los talibanes para silenciar a la población y limitar su capacidad de comunicarse con el exterior.
### Consecuencias del Aislamiento
El apagón no solo ha afectado a la conectividad de internet, sino que también ha tenido repercusiones en otros sectores, incluyendo el transporte aéreo. Varios vuelos han sido cancelados o desviados debido a la falta de comunicación y coordinación en el espacio aéreo afgano. Las agencias internacionales han perdido contacto con sus oficinas en Kabul, lo que complica aún más la situación humanitaria en el país.
La comunidad internacional ha expresado su preocupación por las condiciones de vida en Afganistán, donde el estrés, la inseguridad alimentaria y el acceso limitado a la sanidad son problemas cotidianos. Desde que los talibanes asumieron el control, la situación ha empeorado drásticamente, y el apagón de internet es solo una manifestación más de la represión que enfrenta la población. Sin acceso a información y recursos, los afganos se ven obligados a vivir en un estado de incertidumbre y miedo.
El gobernador de la provincia de Balj, Haji Zaid, había declarado anteriormente que se establecería un «sistema alternativo» para satisfacer las necesidades esenciales de la población, pero hasta el momento no se han visto avances en esta dirección. La falta de claridad sobre este sistema ha generado aún más desconfianza entre los ciudadanos, que se sienten abandonados por un gobierno que parece más interesado en controlar que en servir a su gente.
La situación en Afganistán es un recordatorio de los peligros del aislamiento y la censura. En un mundo donde la información es poder, la falta de acceso a internet puede ser devastadora. La comunidad internacional debe actuar con rapidez para abordar esta crisis y garantizar que los derechos humanos de los afganos sean respetados. La educación, la información y la comunicación son fundamentales para el desarrollo de cualquier sociedad, y su ausencia solo perpetúa el ciclo de pobreza y opresión.
En este contexto, es crucial que se mantenga la atención sobre Afganistán y que se busquen soluciones efectivas para ayudar a la población a recuperar su voz y su acceso a un mundo conectado. La historia de Afganistán es una lección sobre la importancia de la libertad de expresión y el acceso a la información, y no debemos permitir que se repita el silencio impuesto por el autoritarismo.