La reciente conferencia de verano del canciller alemán Friedrich Merz ha puesto de relieve las ambiciones de Alemania para convertirse en una potencia militar en Europa. En un contexto global donde la seguridad se ha vuelto una prioridad, Merz ha declarado que su gobierno tiene como objetivo rescatar la economía del país de la recesión y, al mismo tiempo, fortalecer su capacidad defensiva. Este enfoque se traduce en la intención de dotar a Alemania del «mayor ejército convencional de Europa», un objetivo que ha generado tanto apoyo como críticas en el ámbito político y social.
### La Nueva Estrategia de Defensa Alemana
La estrategia de defensa de Merz se basa en la idea de que Alemania debe ser capaz de defenderse ante las amenazas externas. En su discurso, enfatizó la necesidad de un ejército fuerte y bien financiado, lo que implica un aumento significativo en el gasto militar. Actualmente, el presupuesto de defensa se sitúa en el 2,1% del PIB, pero Merz ha propuesto elevarlo al 3,5% para 2029, con la ambición de alcanzar incluso el 5%, como exige el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Este cambio de paradigma en la política de defensa alemana es notable, especialmente considerando que sus predecesores no priorizaron la defensa militar. La invasión rusa de Ucrania ha sido un catalizador para este cambio, llevando al ex canciller Olaf Scholz a anunciar un paquete de inversión de 100.000 millones de euros para modernizar las fuerzas armadas. Sin embargo, la implementación de estos planes ha sido complicada, y Merz enfrenta el desafío de encontrar los recursos necesarios sin comprometer el estado del bienestar social.
La coalición de Merz, compuesta por conservadores y socialdemócratas, se encuentra en una encrucijada. Mientras que los conservadores apoyan el rearme, los socialdemócratas deben equilibrar estas demandas con la necesidad de mantener el estado social. La presión para aumentar el gasto militar podría llevar a recortes en otros sectores, lo que podría resultar en una pérdida de apoyo político para el gobierno.
### Desafíos en la Reestructuración Militar
Uno de los aspectos más críticos de la estrategia de Merz es la necesidad de aumentar el número de efectivos en las fuerzas armadas. Actualmente, Alemania cuenta con aproximadamente 182.000 soldados, pero el ministro de Defensa, Boris Pistorius, ha señalado que se necesitarán hasta 460.000 efectivos para cumplir con las nuevas exigencias de defensa. La falta de un servicio militar obligatorio desde 2011 ha complicado esta tarea, y el gobierno está considerando implementar un sistema de reclutamiento voluntario similar al de Suecia, donde los jóvenes son encuestados sobre su interés en servir.
Pistorius ha propuesto incentivos económicos, como un salario base de 2.000 euros, para atraer a nuevos reclutas. Sin embargo, si no se logran los objetivos de reclutamiento, se podría considerar la reactivación del servicio militar obligatorio, lo que podría generar un debate intenso en la sociedad alemana. La idea de un ejército que refleje la diversidad de la sociedad es un argumento que ha ganado terreno, especialmente en un contexto donde el extremismo se ha convertido en una preocupación creciente.
La relación de Alemania con sus aliados también es un factor crucial en esta reestructuración militar. Merz ha buscado fortalecer la cooperación con Francia y el Reino Unido, pero también ha tenido que navegar por las tensiones que surgen de las expectativas de Trump. La necesidad de mantener un equilibrio entre las potencias nucleares de Europa y la presión de Estados Unidos para aumentar el gasto militar es un desafío constante para el canciller.
En este contexto, la firma de un acuerdo de amistad con el líder laborista británico Keir Starmer y las conversaciones con el presidente francés Emmanuel Macron son pasos estratégicos para reafirmar el papel de Alemania en la defensa europea. Sin embargo, las diferencias sobre proyectos como el Futuro Sistema Aéreo de Combate (FCAS) siguen siendo un punto de fricción, ya que Alemania busca evitar que Francia domine este proyecto clave.
La ambición de Merz de transformar a Alemania en una potencia militar en Europa se enfrenta a múltiples desafíos, desde la financiación hasta la aceptación social. A medida que el país navega por estas aguas turbulentas, la comunidad internacional observa de cerca cómo se desarrollarán estos planes y qué implicaciones tendrán para la seguridad en Europa y más allá.