La sequía ha dejado una huella profunda en el sector agrícola del Camp de Tarragona, donde los campesinos se ven obligados a arrancar miles de avellanos muertos. Esta situación, que se ha prolongado durante más de tres años, ha llevado a muchos agricultores a replantearse sus cultivos y buscar alternativas más resistentes a las condiciones climáticas adversas.
La Agencia Catalana de Noticias (ACN) ha informado que Unió de Pagesos, un sindicato agrario, estima que alrededor de 1.800 hectáreas de cultivos han sido gravemente afectadas por la falta de agua. Entre los agricultores más afectados se encuentra Josep Zacaries, presidente de la cooperativa de Riudoms, quien ha tenido que arrancar aproximadamente 2.500 avellanos en sus fincas, lo que representa el 60% de su producción. Zacaries ha expresado su desánimo y sufrimiento ante esta situación, señalando que los árboles han estado secos desde finales de 2023 y que la espera de ayudas del Departamento de Agricultura ha complicado aún más el panorama.
### Impacto de la sequía en la producción agrícola
La sequía ha tenido un impacto devastador en la producción agrícola de la región. Según el Departamento de Agricultura, 33 agricultores de la demarcación de Tarragona han solicitado ayudas para la recuperación de cultivos leñosos, principalmente avellanos. Sin embargo, la burocracia y la falta de recursos han limitado el alcance de estas ayudas, dejando a muchos agricultores sin apoyo. Zacaries critica que solo un pequeño porcentaje de los afectados podrá beneficiarse de estas ayudas, lo que pone en riesgo la sostenibilidad de muchas pequeñas fincas, especialmente aquellas gestionadas por jubilados o aficionados.
El agricultor ha señalado que la situación no solo es económica, sino también psicológica. La presión de ver sus fincas en un estado crítico ha generado un desgaste emocional considerable entre los agricultores. «Es difícil para profesionales y jubilados ver cómo sus fincas se deterioran», lamenta Zacaries. Esta angustia se ve agravada por la incertidumbre sobre el futuro de sus cultivos y la posibilidad de replantar.
### Nuevas oportunidades y cultivos alternativos
A pesar de la adversidad, Zacaries y otros agricultores están buscando nuevas oportunidades. Con la esperanza de iniciar una «nueva etapa», Zacaries considera la posibilidad de plantar cultivos más resistentes a la sequía, como el olivo. Sin embargo, advierte que cualquier nueva plantación requerirá tiempo para ser rentable, estimando un período de entre siete y ocho años antes de que los nuevos cultivos comiencen a producir.
La llegada de agua regenerada de la depuradora de Reus es otra esperanza para los agricultores de la región. Sin embargo, Zacaries ha expresado su preocupación de que, si no se recibe el agua antes de 2027, muchos agricultores no podrán continuar con sus actividades. Actualmente, el agua regenerada no es apta para los avellanos debido a su alta conductividad, lo que limita las opciones de cultivo en la zona.
La situación en el Camp de Tarragona es un reflejo de los desafíos que enfrenta la agricultura en muchas partes del mundo debido al cambio climático. La necesidad de adaptarse a nuevas condiciones y buscar cultivos más resistentes se ha vuelto imperativa. Los agricultores están en la búsqueda de soluciones que les permitan no solo sobrevivir, sino también prosperar en un entorno cada vez más incierto.
En este contexto, es fundamental que las administraciones locales y regionales trabajen en conjunto con los agricultores para desarrollar políticas que apoyen la recuperación de los cultivos y la sostenibilidad del sector agrícola. La colaboración entre los diferentes actores del territorio es esencial para garantizar que los agricultores puedan hacer frente a los desafíos actuales y futuros, asegurando así la viabilidad de la agricultura en el Camp de Tarragona y en otras regiones afectadas por la sequía.