La creciente oferta de productos ecológicos en Barcelona ha generado un fenómeno conocido como ‘espejismo alimentario’, donde la disponibilidad de alimentos saludables no se traduce en un acceso equitativo para todos los ciudadanos. Un estudio reciente del Institut Metròpoli ha puesto de manifiesto que, a pesar de que el 76,5% de la población de la conurbación barcelonesa vive en áreas con múltiples establecimientos de productos ecológicos, un porcentaje significativo de estos habitantes enfrenta serias dificultades económicas que les impiden acceder a estos alimentos.
### La Brecha Económica y el Acceso a Alimentos Saludables
El informe revela que un 7,63% de la población que reside en secciones censales con alta concentración de productos ecológicos también vive en áreas donde más del 30% de los vecinos se encuentran en riesgo de pobreza. Esto pone de relieve una alarmante desigualdad en el acceso a una alimentación saludable, donde los barrios más vulnerables, como La Torrassa, Fondo y Ciutat Meridiana, son los más afectados.
El estudio destaca que, aunque la oferta de productos ecológicos ha crecido, esta expansión ha estado marcada por un elitismo que excluye a los sectores más desfavorecidos de la población. Según Elena Domene, coautora del análisis y jefa del área de Sostenibilidad del Institut Metròpoli, «no todo el mundo, especialmente en los barrios más vulnerables, puede acceder a productos ecológicos». Esta situación se agrava en un contexto donde la alimentación saludable se convierte en un lujo, en lugar de un derecho básico.
La vicepresidenta de Acción Climática del Área Metropolitana de Barcelona, Janet Sanz, ha señalado que «a mayor desigualdad en los barrios, peor es el acceso a una alimentación saludable». Para abordar esta problemática, se han propuesto iniciativas como el proyecto ‘FoodClic’, que busca implementar políticas alimentarias en barrios vulnerables, promoviendo el acceso a alimentos saludables y sostenibles.
### Exposición a la Alimentación Insana
El estudio también revela que un alarmante 88,65% de la población metropolitana de Barcelona vive en áreas con una alta concentración de establecimientos de alimentación poco saludables, como cadenas de comida rápida y tiendas de productos procesados. Esto significa que aproximadamente tres millones de personas están expuestas a una oferta excesiva de alimentos insanos, lo que contribuye a problemas de salud pública y nutrición.
Los datos indican que prácticamente toda la población de barrios vulnerables, como Ciutat Meridiana, La Ribera y La Mina, está expuesta a esta situación. La investigación ha clasificado estas áreas como ‘pantanos alimentarios’, donde la combinación de alta concentración de locales de comida poco saludable y un porcentaje significativo de población en riesgo de pobreza crea un entorno adverso para la salud.
Además, el informe destaca que un 9,1% del territorio metropolitano se encuentra en una situación crítica, donde más del 30% de la población vive en riesgo de pobreza y está rodeada de establecimientos poco saludables. Esta realidad plantea un desafío significativo para las autoridades locales, que deben encontrar formas efectivas de mejorar el acceso a alimentos saludables en estos barrios.
El Institut Metròpoli ha enfatizado la necesidad de que el Área Metropolitana de Barcelona desarrolle políticas públicas que garanticen un acceso equitativo a alimentos saludables para todos los ciudadanos. La propuesta incluye fomentar el comercio de proximidad, como tiendas de barrio y mercados municipales, que pueden ofrecer productos frescos y de calidad a precios accesibles.
Asimismo, se sugiere la regulación de la oferta de alimentos en los municipios del AMB, especialmente en los barrios más vulnerables, para contrarrestar la proliferación de establecimientos de comida poco saludable. Esta regulación podría ser similar a la del plan de usos del Eixample de Barcelona, que busca limitar el número de restaurantes en ciertas áreas para promover un entorno más saludable.
La situación actual en Barcelona pone de manifiesto la necesidad urgente de abordar la desigualdad en el acceso a alimentos saludables. A medida que la ciudad avanza hacia el 2050, es fundamental que se implementen estrategias efectivas para garantizar que todos los ciudadanos, independientemente de su situación económica, tengan acceso a una alimentación adecuada y saludable. Las políticas públicas deben centrarse en la creación de un entorno alimentario que priorice la salud y el bienestar de la población, en lugar de perpetuar la desigualdad existente.